Cómo prevenir la diabetes con tres simples principios

Escrito por Lina Rodríguez Fernandez

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Se sabe desde hace varios años que los problemas de control de los niveles de azúcar en la sangre asociados a la diabetes son muy a menudo una consecuencia directa del estilo de vida occidental. Por ejemplo, varios estudios han demostrado que ciertas poblaciones indígenas como los nativos americanos, los indios pima de Arizona o los mowanjum de Australia, que adoptan nuestro estilo de vida, han visto aumentar drásticamente su incidencia de D. Por el contrario, cuando estos individuos vuelven a su forma de vida tradicional, esta tendencia se invierte rápidamente.

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La diabetes fomenta nuestro estilo de vida

Este impacto negativo del estilo de vida occidental se debe a los niveles excesivamente altos de nuestros hábitos alimentarios; en particular el consumo de alimentos industriales que contienen grandes cantidades de azúcares, grasas y harinas refinadas (y calorías), que promueven el sobrepeso; especialmente en un momento en que somos cada vez más sedentarios. Este estilo de vida pone a prueba nuestros sistemas de control de azúcar en la sangre porque:

  • El alto contenido de azúcares simples en muchos alimentos (refrescos, por ejemplo) provoca grandes fluctuaciones en los niveles de azúcar en la sangre; obligando a nuestro páncreas a trabajar más duro. Esto puede llevar finalmente al agotamiento y al cese de la producción de insulina.
  • El sobrepeso y la obesidad aumentan la cantidad de grasa en la sangre y por lo tanto causan el desarrollo de condiciones inflamatorias. Esta inflamación crónica con el tiempo se vuelve tóxica para el páncreas y también lleva a una disminución de la producción de insulina.
  • La menor actividad muscular causada por la inactividad física dificulta el control de los niveles de azúcar en la sangre porque los músculos son uno de los principales órganos que participan en la captura de azúcar en respuesta a la insulina y, por lo tanto, son menos eficaces cuando están inactivos.

Por consiguiente, la elevada incidencia de la diabetes de tipo 2 que se observa actualmente en la población no se debe a ninguna predisposición a esta enfermedad ni a una consecuencia inevitable del envejecimiento, sino más bien a una combinación de factores que interfieren con nuestros mecanismos fisiológicos que intervienen en el control de los niveles de glucosa en la sangre.

3 principios fundamentales sobre cómo prevenir la aparición de la diabetes de tipo 2

Aprender cómo prevenir la diabetes, es sencillo en realidad. Afortunadamente, la gran contribución del estilo de vida al desarrollo de la diabetes de tipo 2 significa que simples cambios en nuestros hábitos pueden tener un impacto dramático en nuestro riesgo de ser afectados por esta enfermedad. Gran parte de esta prevención de la diabetes puede lograrse mediante los siguientes tres principios fundamentales:

  1. No hace falta decir que el mantenimiento de un peso corporal normal es una faceta clave de cualquier enfoque preventivo de esta enfermedad.

    La solución no consiste en «morirse de hambre» siguiendo una de las innumerables dietas: no sólo son generalmente ineficaces para la pérdida de peso, sino que con el tiempo pueden estropear el placer de comer. Un enfoque realista para mantener un peso ideal consiste en tratar de evitar en la medida de lo posible los alimentos industriales de alto contenido calórico y adoptar en su lugar una dieta que contenga una abundancia de productos vegetales (como frutas y verduras y granos enteros) que permita que nuestros mecanismos de control del apetito funcionen de manera óptima y así evitar la sobrecarga de energía.

  2. Prestando especial atención al tipo de azúcar presente en la dieta (carbohidratos).

    Por ejemplo, los azúcares simples que se añaden en grandes cantidades en los productos industriales se asimilan rápidamente y obligan al páncreas a secretar una gran cantidad de insulina como respuesta. Lo mismo se aplica a los productos elaborados con harinas refinadas, como el pan blanco: ¡los hidratos de carbono de estas harinas elevan los niveles de azúcar en la sangre tan rápidamente como los azúcares simples! Por otra parte, los carbohidratos de la fibra alimentaria y los almidones complejos que se encuentran en las verduras, las legumbres y los granos enteros se asimilan mucho más lentamente y dan lugar a una menor producción de insulina, lo que salva la función del páncreas.

  3. El ejercicio físico regular es esencial para la prevención de la diabetes de tipo 2.

    Dado que los músculos son los principales órganos que intervienen en la absorción de la glucosa en respuesta a la insulina, la actividad física regular, al mantener una función muscular óptima, mejora la sensibilidad a la insulina; por lo tanto, asegura un nivel estable de glucosa en la sangre. Y, lo que es más, la actividad física regular también conduce a una mejora significativa de la presión arterial; un efecto extremadamente positivo en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Ahora que sabes cómo prevenir la diabetes, solo queda, tomar la decisión.

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Fuente:

O’Dea, K. Diabetes; 33:596-603.

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