La microbiota intestinal está involucrada en la salud del corazón

Escrito por Lina Rodríguez Fernandez

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En los últimos años, la microbiota intestinal se ha convertido cada vez más en un elemento central para el mantenimiento de la buena salud; además de la prevención de enfermedades inflamatorias, neurológicas y cardíacas. En efecto, ciertas moléculas contenidas en la carne roja son transformadas por las bacterias intestinales en TMAO; una sustancia que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Sin embargo, un estudio reciente sugiere que la adopción de una dieta de tipo mediterráneo podría bloquear esta transformación; y, por lo tanto, reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Actualmente está claramente establecido que el alto consumo de productos animales, especialmente de carnes rojas, está asociado con un aumento sustancial del riesgo de enfermedades cardíacas como el infarto y los accidentes cerebrovasculares. Aunque antes se pensaba que este vínculo se debía al alto contenido de grasas saturadas de estos alimentos, ahora se sabe que el impacto negativo de estas grasas es relativamente pequeño y que intervienen otros factores asociados al consumo de carne.

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Los estudios han demostrado que los cientos de miles de millones de bacterias que pueblan nuestro sistema digestivo, conocidas como la microbiota intestinal, juegan un papel importante en este aumento del riesgo de enfermedades cardíacas. Estas bacterias metabolizan ciertas moléculas contenidas en los alimentos de origen animal (fosfatidilcolina, colina y carnitina); para obtener los átomos de carbono necesarios para su supervivencia. Desafortunadamente para nosotros, este metabolismo también genera trietilamina (TMA); un «producto de desecho» metabólico que es transportado al hígado donde se transforma en el N-óxido de TMA (TMAO).

El doble de riesgo de enfermedades cardiovasculares

Varios estudios indican que la DMAE puede ser el principal contribuyente al aumento de las enfermedades cardíacas causadas por los alimentos de origen animal. Por ejemplo, un estudio reciente demostró que la producción de CMAT por la microbiota intestinal aumentaba la reactividad de las plaquetas sanguíneas; y el potencial de formación de coágulos. Es así que los altos niveles de CMAT en la sangre están asociados con un riesgo casi doble de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular en un plazo de tres años.

Por lo tanto, no es una coincidencia que los vegetarianos sean menos propensos a sufrir enfermedades cardíacas que los carnívoros; al no comer carne, sus bacterias intestinales no generan CMAD, con lo que se preserva el sistema cardiovascular.

Vino tinto y aceite de oliva: la dieta mediterránea protege el corazón

Sin necesariamente incitar a convertirse en vegetariano, un estudio reciente indica que también sería posible bloquear la formación de TMAO interfiriendo directamente con el metabolismo de las bacterias. Un equipo de científicos de California (UCLA) ha demostrado que una molécula con una estructura similar a la de la colina, el 3,3-dimetil-1-butanol (DMB), actúa como un inhibidor muy potente de la producción de TMAO por parte de diferentes cepas de bacterias. El potencial terapéutico de esta molécula parece ser alto, ya que bloquea la formación de lesiones ateroscleróticas sin toxicidad.

Lo más importante para nosotros es que ahora podemos beneficiarnos de este efecto positivo del DMB. Esta sustancia natural se encuentra en cantidades apreciables en ciertos alimentos como el vino tinto y el aceite de oliva; dos pilares de la dieta mediterránea que se han asociado repetidamente con una reducción significativa del riesgo de enfermedades cardíacas.

La microbiota intestinal, una forma de proteger el corazón

Por lo tanto, además del impacto positivo de la dieta mediterránea en los niveles de colesterol HDL y la inflamación, es posible que la protección cardiovascular que ofrece esta dieta también implique una reducción de la producción de CMAD por parte de las bacterias intestinales. Por lo tanto, la posibilidad de abordar las patologías cardiovasculares atacando a estas bacterias podría representar una estrategia futura para el tratamiento de estas enfermedades.

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Fuentes:

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Micha R. et coll. Red and processed meat consumption and risk of incident coronary heart disease, stroke, and diabetes mellitus: a systematic review and meta-analysis. Circulation; 121: 2271-83.

Zhu W et coll. Gut microbial metabolite TMAO enhances platelet hyperreactivity and thrombosis risk. Cell 2016; 165: 1-14.

Wang Z et coll. Non-lethal inhibition of gut microbial trimethylamine production for the treatment of atherosclerosis. Cell 2015; 163: 1585-95.

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