Casos de diabetes tipo 2: el 90% de ellos se pueden prevenir

Escrito por Lina Rodríguez Fernandez

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Casi el 90% de la diabetes de tipo 2 podría eliminarse con simples cambios en el estilo de vida. Este enfoque preventivo debería favorecerse porque la diabetes es muy difícil de tratar; y algunos de los medicamentos que se usan para tratarla pueden tener importantes efectos secundarios en el sistema cardiovascular.

Los daños causados por la diabetes de tipo 2 se deben a los numerosos trastornos derivados de la hiperglucemia crónica; aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y de ciertos cánceres, insuficiencia renal, retinopatías, problemas de circulación en las extremidades inferiores e incluso graves problemas cognitivos, como la enfermedad de Alzheimer. La diabetes no es una enfermedad «benigna», como muchos piensan; por el contrario, es un problema de salud muy grave con graves consecuencias para la salud de los afectados.

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Medicamentos con efectos secundarios importantes

El peligro de la diabetes de tipo 2 es tanto más grande cuanto que esta enfermedad sigue siendo extremadamente difícil de tratar hoy en día. De hecho, a pesar de los avances médicos, el arsenal terapéutico es relativamente limitado y las drogas disponibles pueden causar graves efectos secundarios.

La clase de fármacos llamados tiazolidinedionas (TZD) es un buen ejemplo; aunque estas moléculas son muy útiles para mejorar la respuesta a la insulina (y por lo tanto reducir la glucosa en la sangre), muy a menudo causan una retención de agua que lleva a un aumento del volumen de la sangre. En algunos casos, esta retención de agua es tan grande que el volumen de sangre excede la capacidad de bombeo del corazón, conduciendo a graves problemas cardíacos.

Los trabajos recientes indican que estos efectos secundarios se deben a una acción imprevista de las TZD sobre los sistemas implicados en la reabsorción de iones y agua en el riñón. En la mayoría de las células, las TZD interactúan con una proteína llamada receptor activado por proliferador peroxisoma (PPAR); y esta interacción estimula la síntesis de proteínas que mejoran la respuesta a la insulina y la entrada de glucosa en estas células.

Sin embargo, a nivel de los riñones, esta interacción de las TZD con las PPAR induce una respuesta completamente diferente; en cambio, hay un aumento significativo de la absorción de sodio y bicarbonato que conduce, a través del fenómeno de la ósmosis, a un influjo masivo de agua en las células. Esta retención de agua significa que los pacientes tratados con TZD pueden ver aumentar su peso en varios kilos; en los casos más graves, sufrir daños cardíacos.

Más vale prevenir que curar

Estas observaciones muestran que los medicamentos se elaboran para que interactúen de la forma más específica posible con un objetivo farmacológico determinado; sin embargo la diversidad del genoma humano y la complejidad fisiológica de los procesos de regulación del cuerpo hacen que rara vez se logre esa especificidad. En la práctica, la gran mayoría de las drogas producen efectos secundarios!

Por lo tanto, si bien debemos acoger con satisfacción los progresos médicos que conducen al desarrollo de medicamentos y mejoran el tratamiento de las enfermedades, debemos sin embargo aceptar las limitaciones inherentes a estos enfoques curativos y admitir que la prevención de estas enfermedades es tan importante como su curación.

Este concepto está particularmente bien ilustrado por la diabetes de tipo 2, en la que un estilo de vida saludable basado en una dieta rica en plantas, un peso corporal normal y una actividad física regular pueden prevenir el 90% de los casos de esta enfermedad; y evitar así las dificultades asociadas a su tratamiento. Como dice el refrán: «Más vale prevenir que curar». »

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Fuente:

Endo et coll. Thiazolidinediones enhance sodium-coupled bicarbonate absorption from renal proximal tubules via PPAR -dependent nongenomic signaling. Cell Metabolism; 13: 550-561.

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