El olor del cáncer: de la detección por perros a la detección por máquinas

Escrito por Elena Ramos

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Varias observaciones indican que los perros tienen la capacidad de detectar la presencia de ciertos tipos de cáncer. Esta extraordinaria propiedad de los perros podría dar lugar a nuevas pruebas de detección del cáncer por el olfato. Hace que te preguntes si el cáncer tiene un olor característico.

Todos los organismos, desde las bacterias más simples hasta los animales más complejos como el ser humano, utilizan la energía contenida en los alimentos para mantener la incesante actividad metabólica necesaria para la vida. Sin embargo, como cualquier tipo de energía, este metabolismo genera «residuos», productos que ya no son útiles para el organismo y que deben ser eliminados: son los metabolitos.

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En los seres humanos, las principales vías de eliminación de estos desechos son los pulmones (exhalación), la orina y las heces, y la composición molecular de estas vías de eliminación está inevitablemente muy influida por lo que comemos. La composición molecular de estas vías de eliminación está necesariamente muy influenciada por lo que comemos. Piense en el aliento característico que sigue a una comida de ajo, el olor único de la orina después de una comida de espárragos o el fuerte olor de las heces causado por un cambio repentino de la dieta durante los primeros días de un viaje.

Todos estos olores se deben en gran medida a la presencia de una clase de moléculas que son producidas por el metabolismo y que tienen la característica de estar, en estado gaseoso, a temperatura ambiente. Por tanto, los receptores de olor de nuestra nariz pueden detectar la presencia de estas moléculas en el aire ambiente, ¡un olor que a menudo no se aprecia!

Los perros tienen un sentido del olfato 1 millón de veces más sensible que el nuestro

Además de estas moléculas altamente olorosas, el metabolismo normal de nuestras células también genera una panoplia de compuestos volátiles: ¡una simple exhalación, por ejemplo, puede contener más de 3000 de estos compuestos! Sin embargo, algunos estudios sugieren que la composición de estos compuestos volátiles puede variar según el estado de salud de una persona e indicar la presencia de enfermedades.

Uno de los ejemplos más interesantes es el cáncer: durante la progresión de esta enfermedad, las variaciones significativas del metabolismo celular provocan daños (peroxidación) en la membrana celular, lo que lleva a la producción de compuestos volátiles inusuales.

No detectamos la presencia de estas moléculas porque nuestras capacidades olfativas siguen siendo relativamente limitadas y muy inferiores a las de ciertos animales, en particular los caninos. De hecho, los perros son capaces de detectar ciertos olores con una sensibilidad un millón de veces mayor que la nuestra, y es esta extraordinaria capacidad la que permite entrenar a ciertas razas de perros para detectar drogas, explosivos o incluso cadáveres. Pero, ¿podrían estos animales detectar los compuestos volátiles característicos del cáncer?

Los perros detectan varios tipos de cáncer por el olfato

Ya en 1989, la revista médica británica The Lancet publicó un artículo sobre una mujer cuyo dálmata no dejaba de olfatear una mancha aparentemente inofensiva en su pierna. Intrigada, consultó a un médico que, tras los análisis, le dijo que se trataba de un melanoma muy agresivo y que, literalmente, ¡la había salvado su perro!

Desde entonces, varios estudios han sugerido que los perros son realmente capaces de detectar una serie de cánceres, como el de mama, piel, colon y próstata, a veces incluso en las primeras fases de la enfermedad. Por ejemplo, un estudio realizado en Alemania demostró que ciertas razas de perros especialmente adiestrados (pastores alemanes, pastores australianos y labradores) eran capaces de identificar a las personas con cáncer de pulmón: tras oler el aliento de 110 pacientes con cáncer y 110 personas sanas, los perros identificaron al 71% de los pacientes.

Se obtuvieron resultados similares en el caso del cáncer de colon, en el que un perro labrador fue capaz de identificar al 91% de los pacientes al oler su aliento y al 97% de ellos al enfrentarse a sus heces.

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El futuro de la detección del cáncer: máquinas sensibles al olor

Aunque el uso rutinario de perros para la detección del cáncer en entornos clínicos es poco probable, dado el tiempo necesario para entrenar a estos animales, sus hazañas sugieren que los tumores tienen efectivamente marcas de olor características que reflejan la peculiaridad de su metabolismo, que es diferente al de otras células sanas.

La identificación de moléculas asociadas a la presencia de células cancerosas podría, por tanto, allanar el camino para el desarrollo de pruebas capaces de detectar la presencia de tumores simplemente analizando estas moléculas en el aliento, la orina, el sudor o las heces de los pacientes. Además del carácter complementario de la información obtenida, este enfoque tiene la inmensa ventaja de ser mínimamente invasivo para el paciente.

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