Lo que debes saber sobre la pérdida auditiva

Escrito por Maria Guerrero

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La pérdida auditiva, conocida comúnmente como sordera, es una condición usual que puede afectar a cualquier persona, sin excepción. De hecho, la pérdida de audición ataca a cerca del 16% de la población mundial y se caracteriza por la dificultad para escuchar y comprender los sonidos comunes, al punto de alterar la vida diaria.

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Cuáles son los tipos de pérdida auditiva

La sordera o pérdida de audición puede presentarse en dos maneras.

·        Pérdida auditiva por transmisión

Está condicionada por una alteración y una disfunción de las partes externas del oído. Por lo general, la sordera de transmisión suele ser ocasionada por la degradación del canal auditivo, llegando a afectar también el oído medio (osículos o tímpano). El tratamiento para este tipo de afección está definido por el grado de afectación, pudiendo requerir intervención quirúrgica para subsanar el tímpano.

·        Pérdida auditiva por percepción

Caso contrario a la sordera de transmisión, este tipo de alteración auditiva se presenta en el oído interno. Su principal característica es el deterioro de las vías nerviosas o la degradación de la cóclea. Es decir, la sordera por percepción se debe al quebranto de la parte sensorial de la audición. Por ende, quienes padezcan esta afección tienen dificultad para asimilar sonidos en alta frecuencia.

Grado de afectación

El nivel de sordera puede variar entre una persona a otra. La principal diferencia se encuentra en los síntomas que se padecen en cada caso. Puede ser:

  • Leve: dificultad para escuchar y comprender voces suaves y/o distantes. Por lo general, se manifiesta en espacios ruidosos.
  • Promedio: las letras, palabras y oraciones son difíciles de comprender. De modo que los interlocutores deben hablar en voz alta para que el afectado pueda entender lo que se dice.
  • Severo: el uso de audífonos se torna indispensable en este caso, ya que la persona solo escucha y comprende los sonidos cuando son cercanos a ella.
  • Profunda: la dificultad para escuchar sonidos se agrava de manera significativa, aunque los sonidos fuertes aún son perceptibles. Sin embargo, el uso de audífonos es necesario para mantener una conversación o realizar las labores cotidianas.

Causas de la pérdida auditiva

Si bien los detonantes de la sordera pueden variar entre una persona y otra, las causas más comunes son:

  • Trauma sonoro. Ocasionado por una constante u ocasional exposición a sonidos muy fuertes. Por lo que se puede presentar trauma agudo (breve exposición) o trauma crónico (repetida exposición).
  • Complicaciones médicas. Infecciones como sarampión, papera, escarlatina, meningitis, entre otras, son capaces de afectar los nervios de la oreja. De igual modo, algunos tratamientos también pueden derivar en daños auditivos tales como antibióticos, antiinflamatorios y diuréticos.
  • El sistema de audición se deteriora con el paso de los años. Por esta razón, las personas mayores son más propensas a presentar daños sonoros.

Efectos de la sordera

Cualquier persona que presente dificultades de audición es discapacitada de acuerdo a los estatutos legales de cualquier país. Esto acarrea ciertos efectos:

  • Posible aislamiento por no participar en las interacciones sociales, lo que da paso a la exclusión o discriminación.
  • Depresión y baja autoestima.
  • Constantes dolores de cabeza y fatiga, pérdida de equilibrio, estrés, y presión arterial elevada.

La pérdida auditiva es una alteración común que puede afectar a niños o adultos mayores. Si presentas algunas de los síntomas mencionados, visita al médico para un chequeo profesional.

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