Los 6 efectos poco conocidos de la falta de sueño en tu cuerpo y tu salud

Escrito por Elena Ramos

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Si alguna vez has pasado una noche dando vueltas en la cama, ya sabes cómo te sentirás al día siguiente: cansado, irritable y de mal humor. Pero el hecho de no dormir las 7-9 horas recomendadas cada noche no sólo te deja aturdido y malhumorado. Los efectos a largo plazo de la falta de sueño son reales.

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Agotan tu capacidad mental y ponen en riesgo tu salud física. La ciencia ha relacionado la falta de sueño con una serie de problemas de salud, desde el aumento de peso hasta el debilitamiento del sistema inmunitario.

A continuación se explica cómo afecta a funciones y sistemas corporales específicos.

Causas de la falta de sueño

En pocas palabras, la privación del sueño está causada por una falta de sueño constante o una calidad de sueño reducida. Dormir regularmente menos de siete horas puede tener consecuencias para la salud de todo el organismo. También puede deberse a un trastorno del sueño subyacente. Tu cuerpo necesita el sueño, igual que necesita el aire y la comida para funcionar de forma óptima. Durante el sueño, el cuerpo se cura y restablece su equilibrio químico. Su cerebro forja nuevas conexiones de pensamiento y promueve la retención de la memoria. Si no duermes lo suficiente, tu cerebro y tus sistemas corporales no funcionarán con normalidad. Esto también puede reducir significativamente tu calidad de vida.

Las 6 implicaciones de la falta de sueño para tu salud

Los estimulantes, como la cafeína, no son suficientes para anular la profunda necesidad de sueño de tu cuerpo. De hecho, pueden empeorar la falta de sueño al dificultar la conciliación del mismo por la noche. Esto puede conducir a un ciclo de insomnio nocturno seguido de un consumo de cafeína durante el día para combatir la fatiga causada por el sueño perdido. En el fondo, la privación crónica del sueño puede interferir con los sistemas internos de tu cuerpo y causar más que los signos y síntomas iniciales mencionados anteriormente.

  1. Sistema endocrino

La producción de hormonas depende del sueño. Para la producción de testosterona, se necesitan al menos 3 horas de sueño ininterrumpido, que es más o menos el tiempo de su primer episodio de R.E.M. Despertarse durante la noche puede afectar a la producción de hormonas. Esta interrupción también puede afectar a la producción de la hormona del crecimiento, especialmente en niños y adolescentes. Estas hormonas ayudan al cuerpo a aumentar la masa muscular y a reparar las células y los tejidos, además de otras funciones de crecimiento. La glándula pituitaria libera la hormona del crecimiento a lo largo del día, pero un sueño adecuado y el ejercicio también favorecen la liberación de esta hormona.

  1. El sistema nervioso central

El sistema nervioso central es la principal autopista de la información del cuerpo. El sueño es necesario para que funcione correctamente, pero el insomnio crónico puede alterar el modo en que el cuerpo envía y procesa normalmente la información. Durante el sueño, se forman vías entre las células nerviosas (neuronas) del cerebro, que le ayudan a recordar la nueva información que ha aprendido. La falta de sueño agota tu cerebro, por lo que no puede realizar sus funciones tan bien. También puede resultar más difícil concentrarse o aprender cosas nuevas. Las señales de tu cuerpo también pueden retrasarse, lo que reduce tu coordinación y aumenta el riesgo de accidente. La falta de sueño también tiene efectos negativos sobre las capacidades mentales y el estado emocional. Puedes sentirte más impaciente o con tendencia a los cambios de humor. También puede comprometer los procesos de toma de decisiones y la creatividad.

La falta de sueño también puede desencadenar la manía en personas con trastorno bipolar. Otros riesgos psicológicos son:

  • comportamiento impulsivo
  • ansiedad
  • depresión
  • paranoia
  • pensamientos suicidas

También puedes experimentar micro-sueños durante el día. Durante estos episodios, te quedas dormido durante unos segundos o varios segundos sin darte cuenta. El microsueño está fuera de nuestro control y puede ser extremadamente peligroso si estamos conduciendo. También puede hacerte más vulnerable a las lesiones si manejas maquinaria pesada en el trabajo y tienes un episodio de microsueño.

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  1. Sistema cardiovascular

El sueño afecta a los procesos que mantienen sanos el corazón y los vasos sanguíneos, incluidos los que afectan al azúcar en sangre, la presión arterial y los niveles de inflamación. También desempeña un papel vital en la capacidad del cuerpo para sanar y reparar los vasos sanguíneos y el corazón. Las personas que no duermen lo suficiente son más propensas a sufrir enfermedades cardiovasculares. Un análisis relacionó el insomnio con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

  1. El sistema inmunitario

Mientras duermes, tu sistema inmunitario produce sustancias protectoras que combaten las infecciones, como los anticuerpos y las citoquinas. Utiliza estas sustancias para combatir a los invasores extraños, como las bacterias y los virus. Algunas citoquinas también ayudan a dormir, haciendo que el sistema inmunitario sea más eficaz en la defensa del cuerpo contra las enfermedades. La falta de sueño impide que el sistema inmunitario se fortalezca. Si no duermes lo suficiente, tu cuerpo no podrá combatir a los invasores y tardará más en recuperarse de la enfermedad. La privación de sueño a largo plazo también aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus y las enfermedades cardíacas.

  1. El sistema respiratorio

La relación entre el sueño y el sistema respiratorio va en ambos sentidos. Un trastorno respiratorio nocturno llamado apnea obstructiva del sueño puede interrumpir el sueño y reducir su calidad. Al despertarte a lo largo de la noche, esto puede conducir a la privación del sueño, haciéndote más vulnerable a las infecciones respiratorias, como los resfriados y la gripe. La falta de sueño también puede empeorar las enfermedades respiratorias existentes, como la enfermedad pulmonar crónica.

  1. Sistema digestivo

Además de comer en exceso y no hacer ejercicio, la falta de sueño es otro factor de riesgo de sobrepeso y obesidad. El sueño afecta a los niveles de dos hormonas, la leptina y la grelina, que controlan la sensación de hambre y saciedad. La leptina le dice al cerebro que ha comido lo suficiente. Sin dormir lo suficiente, el cerebro reduce la leptina y aumenta la grelina, que es un estimulante del apetito. El flujo de estas hormonas podría explicar el picoteo nocturno o por qué una persona puede comer en exceso al final de la noche. La falta de sueño también puede hacer que te sientas demasiado cansado para hacer ejercicio. Con el tiempo, una menor actividad física puede hacer que aumente de peso porque no se queman suficientes calorías ni se construye masa muscular. La falta de sueño también hace que el cuerpo libere menos insulina después de comer. La insulina ayuda a reducir los niveles de azúcar (glucosa) en sangre. La falta de sueño también reduce la tolerancia del organismo a la glucosa y se asocia a la resistencia a la insulina. Estas alteraciones pueden provocar diabetes mellitus y obesidad.

Tratamiento de la falta de sueño

La forma más básica de tratamiento para la falta de sueño es dormir lo suficiente, normalmente entre 7 y 9 horas por noche. Esto suele ser más fácil de decir que de hacer, sobre todo si has estado privado de este precioso sueño durante varias semanas o más. A partir de este punto, es posible que necesites la ayuda de tu médico o de un especialista del sueño que, si es necesario, pueda diagnosticar y tratar un posible trastorno del sueño. Los trastornos del sueño pueden dificultar la obtención de un sueño de calidad por la noche. También pueden aumentar el riesgo de sufrir los efectos mencionados de la falta de sueño en el organismo.

Los tipos más comunes de trastornos del sueño:

  • apnea obstructiva del sueño
  • narcolepsia
  • síndrome de las piernas inquietas
  • trastornos del ritmo circadiano

Para diagnosticar estos trastornos, el médico puede solicitar un estudio del sueño. Esto se hace tradicionalmente en un centro de sueño, pero ahora hay opciones para medir la calidad del sueño también en casa.

Aquí hay otras formas de volver a tener un horario de sueño saludable:

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  • limitar las siestas diurnas (o evitarlas por completo)
  • Abstenerse de consumir cafeína después del mediodía o al menos unas horas antes de acostarse
  • ir a la cama a la misma hora cada noche
  • despertarse a la misma hora cada mañana
  • mantener el mismo horario para acostarse los fines de semana y las vacaciones
  • dedicar una hora antes de acostarse a realizar actividades relajantes, como leer, meditar o tomar un baño
  • evitar las comidas pesadas en las horas previas a la hora de acostarse
  • abstenerse de utilizar dispositivos electrónicos justo antes de acostarse
  • Hacer ejercicio regularmente, pero no por la noche, cerca de la hora de acostarse
  • reducir el consumo de alcohol.

Si sigues teniendo problemas para dormir por la noche y luchas contra la fatiga diurna, habla con tu médico. Él o ella puede buscar problemas de salud subyacentes que puedan estar perturbando tu sueño.

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