La vista: prevenir y ralentizar la degeneración macular asociada a la edad (DMAE)

Escrito por Elena Ramos

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En la actualidad, no hay cura para la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Una de las únicas formas de detener los estragos de la enfermedad es abordar los factores de riesgo modificables.

La alimentación, el tabaquismo y las condiciones físicas y médicas son factores de riesgo de la DMAE sobre los que se puede influir. Dependiendo del tipo de DMAE que se tenga, se pueden plantear estrategias para prevenir la enfermedad o ralentizar su avance.

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La alimentación

El «tratamiento» de la DMAE tiene como objetivo frenar la progresión de la enfermedad. Muchos investigadores coinciden en que ciertos nutrientes y micronutrientes presentes en los alimentos pueden ayudar a frenar la progresión de la enfermedad.

Luteína y zeaxantina: el beneficio de los antioxidantes

El cuerpo produce de forma natural unas sustancias llamadas radicales libres que pueden multiplicarse de forma anormal a medida que envejecemos o en presencia de un sistema inmunitario debilitado. Cuando son demasiado numerosos en el organismo, los radicales libres pueden provocar una serie de problemas de salud, como ciertos tipos de cáncer y DMAE, a través de un proceso de oxidación. La oxidación de las células puede compararse con el óxido que se crea en un metal tras el paso del tiempo y el desgaste. Los radicales libres también pueden provocar la inflamación de las células y, por tanto, tener consecuencias en la salud. Para contrarrestar estos fenómenos de oxidación e inflamación, algunos nutrientes pueden servir de aliados: los antioxidantes.

En efecto, los antioxidantes tienen la capacidad de bloquear varias reacciones de oxidación. Dos antioxidantes han recibido mucha atención por su papel beneficioso en la DMAE: la luteína y la zeaxantina. De hecho, una ingesta elevada de alimentos ricos en estos antioxidantes frenaría la progresión de la enfermedad. En concreto, reducen el riesgo de pasar de una fase moderada a una avanzada de la DMAE. La alimentación es la opción más segura para su salud.

Comer más frutas y verduras ricas en antioxidantes sólo puede beneficiar a tus ojos y a todo tu cuerpo.

Principales fuentes alimentarias de luteína y zeaxantina

  • Col rizada
  • Espinacas
  • Calabaza de verano e invierno
  • Brócoli
  • Guisantes verdes
  • Maíz

Omega-3: EPA y DHA ante todo

Los ácidos grasos omega-3 también pueden desempeñar un papel en la ralentización de la progresión de la DMAE. El ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) son dos ácidos grasos omega-3. Tienen actividad antiinflamatoria y son esenciales para el buen funcionamiento de varios órganos del cuerpo, incluidos los ojos. Reducen los efectos nocivos de la inflamación, asociada al envejecimiento prematuro del ojo, una de las principales causas de la DMAE.

Hasta la fecha, los estudios sugieren que estos ácidos grasos son protectores contra la progresión de la DMAE. De hecho, un consumo elevado de alimentos ricos en EPA y DHA se asocia a un menor riesgo de progresión de la DMAE de moderada a avanzada.

Principales fuentes alimentarias de EPA y DHA

  • Sardinas
  • Salmón del Pacífico
  • Arenque del Atlántico
  • Caballa del Atlántico
  • Trucha arco iris
  • El lenguado
  • Trucha de arroyo (trucha moteada)
  • Atún claro
  • Camarones

Una dieta que incluya al menos 2 comidas de pescado a la semana merece ser promovida y sólo puede tener numerosos beneficios para la salud.

Tabaquismo y condiciones físicas

Según varios estudios, los fumadores tienen más riesgo de desarrollar DMAE húmeda (o exudativa) o de ver progresar la enfermedad si ya la tienen. El humo del cigarrillo puede causar daños en la retina del ojo por estrés oxidativo.

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Además, debido a los gases nocivos que emite, el cigarrillo podría inducir una falta de oxígeno en la zona del ojo y acentuar así la formación de vasos sanguíneos anormales bajo la retina, principal causa de la DMAE húmeda.

La obesidad y las enfermedades cardiovasculares desempeñan un papel importante en la progresión de la DMAE. Ambos factores ejercen una actividad proinflamatoria en el organismo que puede ser responsable del desencadenamiento de varias enfermedades, incluida la DMAE húmeda.

Los investigadores aún no están de acuerdo en que la obesidad y las enfermedades cardiovasculares puedan desencadenar el desarrollo temprano de la DMAE. Sin embargo, la gran mayoría está de acuerdo en que la progresión de la enfermedad podría ralentizarse con un buen control del peso, el colesterol y la presión arterial.

Por lo tanto, además de llevar una dieta rica en frutas y verduras, incluidas las ricas en luteína y zeaxantina, y de consumir pescado azul al menos dos veces por semana, realizar algún tipo de actividad física a diario sólo puede ser beneficioso para la salud.

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