El repollo, un campeón de la desintoxicación y la protección de la salud

Escrito por Elena Ramos

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El consumo regular (tres veces por semana) de vegetales de la familia de la col reduce significativamente el riesgo (hasta un 50%) de desarrollar ciertos cánceres. Las verduras de la familia de la col son extremadamente beneficiosas para la salud y ofrecen una desintoxicación de primera clase.

No sólo las verduras de la familia de la col son importantes fuentes de varias vitaminas y minerales, sino que también varios estudios poblacionales con decenas de miles de personas realizados en los últimos años han demostrado que el consumo regular (tres veces por semana) de estas verduras reduce significativamente el riesgo (hasta un 50%) de desarrollar ciertos cánceres específicos: los de pulmón, vejiga, estómago, colon y mama. La protección general que proporcionaban las frutas y verduras era sólo del 9%, pero la que proporcionaban las coles variaba entre el 20% y el 50%. Estos efectos de prevención del cáncer asociados a las coles y sus primos se deben a su alto contenido de glucosinolatos, una clase de moléculas anticancerígenas muy potentes que sólo se encuentran en las verduras de esta familia.

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Los crucíferos se han cultivado y consumido durante cientos de años

Las verduras de la familia de la col también se llaman verduras crucíferas, un nombre que proviene de las flores en forma de cruz que producen estas plantas (cruz se llama cruza en latín). Los vegetales crucíferos incluyen no sólo varias variedades de col, sino también varias especies de plantas que a primera vista parecen muy diferentes entre sí: nabo, rábano, berro e incluso mostaza o la canola son todos crucíferos.

La col es probablemente una de las primeras verduras cultivadas por los humanos. Las antiguas civilizaciones otorgaron gran importancia a esta planta que, según ellas, no sólo era un alimento básico diario, sino también un vegetal con grandes virtudes terapéuticas. La importancia de la col en la cultura culinaria y médica de la época era tan grande que a partir de la simple col silvestre, los antiguos lograron producir un gran número de diferentes variedades de col que aún hoy podemos disfrutar. En efecto, el brócoli, la coliflor, la col rizada o las coles de Bruselas son todas coles que descienden de un antepasado común y deben su aspecto distintivo sólo a las numerosas manipulaciones de los agricultores romanos y griegos.

Repollo, campeón de la desintoxicación

En lo que respecta a la prevención del cáncer, el efecto beneficioso de las crucíferas proviene principalmente de su capacidad para bloquear el potencial cancerígeno de un gran número de productos peligrosos. Para causar cáncer, los carcinógenos deben adherirse al material genético de la célula (ADN) e inducir un daño que en última instancia llevará al desarrollo del cáncer.

Los glucosinolatos que se encuentran en los vegetales de la familia de la col evitan esto estimulando la actividad de nuestros sistemas de defensa contra estos agresores tóxicos, aumentando así su eliminación del cuerpo y reduciendo su potencial cancerígeno. Este efecto es extremadamente importante, ya que muchos cánceres son causados directamente por deficiencias en la actividad de estos sistemas de desintoxicación: una ingesta regular de vegetales crucíferos aumenta el rendimiento de estos sistemas.

Por ejemplo, un estudio ha demostrado que algunas personas tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de pulmón debido a un déficit en su sistema de defensa contra los agentes cancerígenos, pero que el elevado consumo de vegetales crucíferos invierte esta predisposición al reducir el riesgo de que estas personas se vean afectadas por esta enfermedad. Por consiguiente, los vegetales crucíferos deben considerarse como armas de defensa de primera línea, que impiden que las sustancias cancerígenas causen daños celulares que podrían provocar el desarrollo de cáncer.

Un simple cambio de alimentación que tiene un gran impacto

Si el objetivo es la prevención, es importante comer regularmente vegetales crucíferos para maximizar la protección contra el cáncer. Afortunadamente para nosotros, la amplia variedad de vegetales crucíferos que se encuentran actualmente en el mercado nos permite aprovechar al máximo las propiedades beneficiosas de estos alimentos sin caer en la monotonía.

Ya sea en sopa o en sus platos de verduras salteadas o al vapor, comer alrededor de tres porciones de verduras crucíferas (brócoli, col, coliflor, coles de Bruselas, nabo, rábanos, berros, col rizada) por semana es uno de los cambios de hábito que tendrá más impacto en su riesgo de desarrollar cáncer.

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