La exposición al humo del cigarrillo reduce la eficacia de las defensas antivirales y antioxidantes del tracto respiratorio. Esto facilita la infección por los rinovirus responsables del resfriado común.
Las células epiteliales que recubren las vías respiratorias representan nuestra primera línea de defensa contra los numerosos agresores presentes en el exterior; ya sean partículas finas de la contaminación atmosférica, ciertos agentes tóxicos (humo, disolventes) o varios virus respiratorios.
En el caso de los virus, una de las amenazas más comunes es el centenar de especies distintas de rinovirus que causan el resfriado común; al entrar en las células respiratorias, estos virus se multiplican rápidamente, causando síntomas característicos del resfriado común (secreción nasal, estornudos, tos, congestión, dolores de cabeza). Aunque la mayoría de los resfriados no suelen ser peligrosos, sí que causan importantes costos directos e indirectos para la salud cada año.
Las vías respiratorias se defienden naturalmente contra los virus.
La presencia de virus en las vías respiratorias es mucho más común de lo que se podría pensar. Un estudio que midió continuamente la presencia de virus respiratorios en las vías nasales indica que la persona promedio es portadora de estos durante unas 7 semanas del año. A pesar de esta cohabitación tan involuntaria, alrededor de la mitad de estas infecciones son completamente asintomáticas. Esto sugiere que las vías respiratorias tienen un mecanismo de defensa de primera línea que reduce significativamente el potencial infeccioso de estos virus.
Para comprenderlo mejor, un equipo de la Universidad de Yale expuso las células de los conductos nasales y los bronquios a un rinovirus común (RV-1B). Posteriormente examinó la respuesta desencadenada por la infección y descubrieron que el virus activaba dos tipos de respuestas:
- Una respuesta antiviral. Esta se caracteriza por una alta producción de interferón tipo III (una clase de proteínas que tiene la función de estimular el sistema inmunológico).
- Una respuesta antioxidante, con la expresión de varios captadores de radicales libres. La respuesta antiviral está principalmente localizada en la nariz, lo que es lógico ya que es la puerta de entrada del virus; mientras que la respuesta antioxidante está principalmente en los pulmones, lo que también es lógico debido a la presencia de agresores potencialmente tóxicos en el aire.
Fumar cigarrillos conduce a una disminución de la respuesta antiviral y antioxidante, contrayendo más rinovirus
Según los autores del estudio, esta especialización de las defensas antivirales y antioxidantes en lugares distintos (nariz y pulmón) sugiere que las células de las vías respiratorias no pueden desplegar estas dos armas simultáneamente; deben elegir entre defenderse contra un virus o protegerse contra el estrés oxidativo. Este compromiso queda ilustrado por la observación de que las células nasales expuestas al humo del cigarrillo son susceptibles a la infección por rinovirus.
En estas células, la activación de un factor de transcripción responsable de la respuesta antioxidante (NRF2) provoca una serie de adaptaciones destinadas a promover la supervivencia; pero va acompañada de una disminución paralela de la producción de interferón y, por tanto, de la respuesta antiviral. Las vías respiratorias son eficaces defendiéndose de virus y otros atacantes tóxicos del aire, pero se vuelven susceptibles a la infección viral cuando se exponen a ambos ataques.
Estas observaciones explican por qué las personas que están expuestas crónicamente al estrés oxidativo, como los fumadores, los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o los asmáticos, son mucho más susceptibles al virus del resfriado común y con mayor frecuencia desarrollan complicaciones por infección.
Fuentes:
