Botulismo y toxina botulínica: Síntomas y tratamiento

Escrito por Maria Guerrero

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Aunque la toxina botulínica está normalmente ligada al mundo de la estética, es considerada una de las sustancias naturales más tóxicas disponibles. Esto causa un tipo de enfermedad llamada botulismo. Este último generalmente causa síntomas, incluyendo parálisis muscular, e incluso puede llevar a la muerte.

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Detallaremos a continuación el botulismo y la toxina mortal que lo causa. Además, revisaremos sus principales síntomas de acuerdo a la variedad de patologías que encontremos. Y, finalmente, descubriremos el tipo de tratamiento habitualmente indicado para asegurar la recuperación de la persona que lo padece.

¿Qué es el botulismo?

El botulismo es una enfermedad rara y grave que corresponde a la intoxicación, causada por la toxina botulínica. Es un veneno natural producido por varias bacterias del género Clostridium.

La exposición a esta sustancia tóxica proviene principalmente del consumo de alimentos contaminados o, en el caso de los bebés, de ciertos clostridios que crecen en el intestino.

Existen tres tipos de botulismo: botulismo alimentario, botulismo de heridas y botulismo infantil. La principal diferencia entre los tres tipos anteriores depende principalmente de la vía de exposición a la toxina, así como de los diferentes síntomas experimentados en cada uno de ellos, que explicaremos a continuación.

El botulismo infantil es el tipo más común de esta enfermedad y representa el 72% de todos los casos. A pesar de ello, su tasa de recuperación sigue siendo generalmente muy alta, siempre que se aplique el tratamiento adecuado.

¿Qué hay de la toxina botulínica?

Como se mencionó anteriormente, la toxina botulínica es una sustancia tóxica, en particular, una de las más tóxicas conocidas en el mundo natural. Esta sustancia es producida naturalmente por la bacteria Clostridium botulinum.

Este microorganismo es una bacteria esporulada que puede persistir en el medio ambiente durante muchos años. Y cuando las condiciones son más favorables (es decir, en una herida o alimento), puede germinar y liberar la toxina.

Este veneno mortal evita que los nervios motores liberen acetilcolina. Este último es el neurotransmisor que transmite las señales nerviosas a los músculos y produce una parálisis flácida. A medida que el botulismo progresa, la insuficiencia muscular puede ser tan grave que lleva al coma e incluso a la insuficiencia respiratoria.

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Tipo A, uno de los más comunes

Existen al menos 7 versiones estructuralmente diferentes de la toxina botulínica, identificadas como A, B, C, D, E, F y G. El tipo designado como «A» es responsable de algunos brotes de botulismo transmitidos por los alimentos, y los alimentos enlatados no aptos presentan un riesgo particular.

Los seres humanos también se ven afectados por los tipos B, E y muy raramente por F. Por otro lado, la toxina botulínica tipo C normalmente afecta a animales como perros, ganado e incluso aves.

3 tipos principales de síntomas

En general, se sabe que el diagnóstico de botulismo puede ser complejo. De hecho, los signos que causa son generalmente similares a los de otras enfermedades como el síndrome de Guillain-Barré o varias intoxicaciones alimentarias.

Sin embargo, para aprender más sobre esta grave y rara enfermedad, ahora explicaremos los diferentes signos y síntomas principales de los tres tipos de botulismo humano.

Botulismo alimentario

Los primeros síntomas del botulismo alimentario suelen aparecer entre 18 y 36 horas después de consumir alimentos contaminados con toxinas. Estos incluyen visión borrosa o doble y dificultad para tragar y hablar, así como estreñimiento, náuseas y vómitos.

A medida que el botulismo progresa, la persona experimenta debilidad o parálisis. Comienza con los músculos de la cabeza y progresa a través de los músculos del cuerpo. La respiración se vuelve cada vez más difícil, lo que conduce a la insuficiencia respiratoria en los casos más graves.

Botulismo infantil

Este tipo de botulismo ocurre cuando las bacterias colonizan los intestinos de los bebés al ingerir sus esporas en la miel o al tragar el polvo que las contiene. Germinan en el intestino grueso y, a medida que crecen, producen la toxina mortal.

Los primeros síntomas incluyen estreñimiento, letargo y mala nutrición. A medida que progresa, la intoxicación conduce a dificultades para comer, así como a debilidad general y falta de aliento.

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Botulismo de heridas

En este caso, las lesiones suelen ser traumáticas, como las lesiones graves debidas a aplastamiento de extremidades, cirugía o uso de drogas. El botulismo de la herida ocurre cuando los clostridios colonizan una lesión infectada y producen la toxina.

Los síntomas suelen aparecer entre 4 y 18 días después del trauma. Y, en este caso, son similares a los del botulismo alimentario, aunque los síntomas gastrointestinales pueden no ser mencionados.

Tratamiento e intervención médica

El tratamiento de esta enfermedad incluye asistencia respiratoria con una antitoxina botulínica. La inyección temprana de antitoxina puede preservar las terminaciones nerviosas, prevenir la progresión de la enfermedad y reducir la mortalidad.

La asistencia respiratoria intensiva y la alimentación por sonda también están comúnmente indicadas para los bebés.

En el botulismo de heridas, la cirugía se realiza para limpiar completamente la herida infectada. Esta operación elimina la fuente bacteriana de la toxina. Finalmente, cuando el botulismo es transmitido por los alimentos, el lavado gástrico es a menudo necesario.

Con una intervención médica adecuada y temprana, se puede lograr una recuperación completa de esta afección. Sin embargo, es una recuperación lenta que, en los casos más graves, puede durar incluso años. Depende de la capacidad de las terminaciones nerviosas afectadas para crear nuevas proteínas que reemplacen las dañadas por la toxina.

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