7 Razones para controlar el consumo de azúcar

Escrito por Elena Ramos

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Cada vez más estudios confirman que el exceso de azúcar puede ser la causa de muchas enfermedades. Además de los alimentos azucarados, la presencia de azúcar oculto en los alimentos industriales aumenta la cantidad de azúcar que ingerimos diariamente. Aunque el aumento de peso y la caries dental son algunos de los riesgos más conocidos, otros problemas, como las enfermedades cardíacas, la hipertensión arterial y los trastornos del sueño, también se asocian a niveles elevados de azúcar en el organismo.

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He aquí 7 razones por las que es imprescindible vigilar el consumo de azúcar.

  1. Hipertensión

Un estudio publicado en 2010 demostró que una dieta demasiado rica en fructosa podría aumentar la presión arterial. El riesgo es superar el umbral de 120/80 mmHg, que se considera el límite superior que no debe superarse, especialmente en algunos países como Estados Unidos. Puede haber diferencias de un país a otro.

Los investigadores concluyeron que cada vez hay más pruebas de que el consumo excesivo de fructosa puede tener una multitud de efectos adversos para la salud, como el aumento de la presión arterial, la inducción del síndrome metabólico, el desarrollo de hígado graso y, a veces, el desarrollo o la aceleración de la enfermedad renal.

  1. Caries (y gingivitis)

El azúcar no sólo es una fuente de energía para el cuerpo, sino que también proporciona «fuerza extra» a las bacterias de la boca. Cuando consumimos azúcar, estas bacterias se vuelven más activas, se multiplican y forman una placa en la superficie de los dientes. Esta película pegajosa produce un ácido que disuelve los minerales que cubren la parte exterior del diente. Este proceso conduce a la formación de pequeños agujeros o a un aumento de la porosidad del diente hasta que se convierte en una caries. Esta placa bacteriana también puede depositarse en la superficie de los dientes y en las encías, lo que en este caso favorece la inflamación de las encías y la aparición de gingivitis. Hay que tener en cuenta que hay más de 500 especies de bacterias que viven en la boca.

  1. Enfermedades del corazón

Un exceso de azúcar aumenta el nivel de colesterol malo y reduce la concentración de colesterol bueno o HDL. Como se ha mencionado anteriormente, el exceso de azúcar favorece el sobrepeso y la obesidad y la acumulación de grasa en el hígado. Un estudio publicado en la revista científica JAMA Internal demostró que el consumo elevado de azúcares añadidos estaba asociado a factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, un estudio realizado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología demostró que la acumulación de grasa en el vientre es mala para el corazón.

  1. Aumento de peso

El azúcar se convierte en glucosa una vez que entra en el cuerpo. Los azúcares refinados son los que más rápidamente sufren esta transformación. Si comemos demasiado azúcar, la insulina producida por el páncreas, cuya función es mantener estables los niveles de azúcar en sangre, transferirá el exceso de azúcar a las células. En personas poco activas, sólo una pequeña parte se utilizará como almacén de energía, la mayor parte se transformará en reservas de grasa. Hay que tener en cuenta que el aumento de peso, especialmente en la zona abdominal, es peligroso, sobre todo para la salud cardiovascular.

  1. Alteraciones del sueño

Un estudio publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine ha demostrado que comer demasiado azúcar favorece los trastornos del sueño, con más despertares por la noche y un sueño menos reparador. Esto podría deberse a un mayor porcentaje de energía procedente del azúcar y de otros carbohidratos que no siempre se consideran azúcar. Este exceso de energía actúa como un estimulante que mantiene un cierto estado de excitación, lo que provoca un sueño más ligero.

  1. Enfermedad de Alzheimer (y derrame cerebral)

Varios estudios han demostrado que consumir demasiado azúcar puede aumentar el riesgo de padecer demencias como el Alzheimer. También se sabe que una dieta mediterránea, baja en azúcares añadidos, es una excelente manera de prevenir la enfermedad de Alzheimer.

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Un estudio publicado en abril de 2017 en la revista especializada Stroke descubrió que las personas que bebían al menos una bebida dietética al día tenían alrededor de 3 veces más probabilidades de desarrollar un ictus o una demencia. Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron los datos de unas 2.900 personas mayores de 45 años en el grupo que estudiaba el ictus y de unas 1.500 personas mayores de 60 años en el grupo relativo a la demencia.

  1. Hígado graso no alcohólico

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHNA) es una enfermedad hepática caracterizada por la acumulación anormal de grasa en el hígado. Este trastorno puede evolucionar hacia el daño o la inflamación de las células del hígado. Aunque no se culpa al alcohol de la aparición de esta enfermedad, se considera que los principales factores son un estilo de vida sedentario, malos hábitos alimenticios y, sobre todo, una dieta rica en azúcar. En efecto, los estudios han demostrado que la fructosa precipita la acumulación de grasa en el hígado debido al aumento de la lipogénesis y a la alteración de la oxidación de las grasas. Del mismo modo, el exceso de carbohidratos en la sangre provoca una elevada secreción de insulina. Para mantener el equilibrio, la insulina transferirá todo el exceso de azúcar a las células grasas, pero también a los músculos y al hígado.

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