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El envejecimiento es el mayor factor de riesgo de muchas enfermedades crónicas, como el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas, la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Envejecer es, por supuesto, inevitable, pero eso no significa que estemos condenados a enfermar en la vejez.
Retrasar la aparición de enfermedades crónicas más allá de los 80 años
Por ejemplo, un estudio reciente demostró que las personas sanas de 50 años viven un promedio de 23 años sin desarrollar enfermedades crónicas. Sin embargo, si no fuman, mantienen un peso normal, son físicamente activos, comen muchos alimentos vegetales pero poca carne y alimentos procesados, y beben moderadamente, esa esperanza de vida saludable aumenta en 12 años para las mujeres y 8 años para los hombres. En otras palabras, en lugar de sufrir una pérdida de la función física o mental a los 70 años, es posible retrasar la aparición de estas enfermedades crónicas más allá de los 80 años y minimizar así el periodo de enfermedad o discapacidad en la edad avanzada. Por tanto, adoptar un estilo de vida saludable puede ralentizar el envejecimiento biológico y, por tanto, añadir años de vida saludable para aprovechar al máximo nuestra corta vida.
¿Por qué enfermamos con más frecuencia a medida que envejecemos?
A medida que envejecemos, se introducen varios cambios en nuestro material genético que alteran la expresión de ciertos genes. Estas modificaciones, denominadas «epigenéticas», suelen adoptar la forma de grupos metilo (CH3) que se añaden a una base del ADN (citosina) para impedir o aumentar la expresión de un gen. Se ha observado que el grado de metilación de ciertas regiones del ADN está fuertemente correlacionado con el envejecimiento. Se han desarrollado técnicas de análisis (DNAmAge) para estimar la edad biológica de una persona midiendo específicamente los niveles de metilación de estas regiones.
Los ingredientes para una vida larga y saludable
Un ensayo clínico aleatorio utilizó este enfoque para visualizar el impacto del estilo de vida en el envejecimiento. Las personas sanas de entre 50 y 72 años se dividieron en dos grupos, un grupo de control sin cambios en el estilo de vida y un grupo de intervención con un programa de aumento de la ingesta dietética basada en plantas, actividad física regular (30 minutos al día, 5 días a la semana), control del estrés (ejercicios de respiración) y al menos 7 horas de sueño por noche. Se recogieron muestras de saliva de los participantes al principio del estudio y después de 8 semanas de intervención y se utilizaron para medir la metilación del ADN.
Tomar el control del envejecimiento
Los resultados son bastante dramáticos: los participantes en el protocolo experimental muestran una reducción de la puntuación de DNAmAge de casi 2 años en comparación con la medida al inicio. Esto sugiere que el estilo de vida puede revertir muy rápidamente el envejecimiento biológico, medido por el grado de metilación de ciertas regiones del ADN. Los beneficios para la salud de los buenos hábitos de vida no son, por tanto, un concepto abstracto o teórico. Por el contrario, pueden manifestarse concretamente, a nivel de nuestros genes.
Por tanto, el secreto de una vida larga y saludable no es una cuestión de genética, sino de epigenética. Es decir, el conjunto de factores del estilo de vida que modulan colectivamente la expresión de nuestros genes. Esto es alentador, porque significa que, en general, nuestro destino no está fijado al nacer y que realmente podemos tomar el control de nuestra salud cambiando nuestro estilo de vida.
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