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La piel deshidratada se caracteriza por lucir opaca y agrietada, y en ocasiones causa picor, enrojecimiento o apariencia blanquecina. Esto ocurre debido a que la dermis ha perdido gran cantidad de agua.
Para retenerla de nuevo en las capas cutáneas más profundas es esencial incluir algunos cuidados específicos y cambios en tu rutina diaria. Así podrás devolverle poco o poco la elasticidad, firmeza y luminosidad que debe tener una piel saludable.
¿Por qué se deshidrata la piel?
Aunque no lo parezca, la piel es altamente sensible. El contacto con agentes nocivos del medio ambiente y llevar malos hábitos alimenticios, así como cuidados inadecuados, provocan la aparición de pequeñas grietas por donde el agua se evapora.
Cuando no higienizas bien la piel o no lo haces muy seguido, tomas baños muy fríos o muy calientes durante largo rato y usas ropa ajustada que frote constantemente la piel contribuyes a la pérdida hídrica.
Lo mismo ocurre con la alimentación poco saludable, el bajo consumo de agua y con los cambios climáticos que agreden la piel y obstruyen los poros impidiendo que respire y libere toxinas.
Cuidados que favorecen la hidratación de la piel en invierno
· Mejora tus hábitos alimenticios
Los cambios positivos comienzan desde adentro, por lo que este es el primer paso para recuperar la hidratación de la piel. Consume diariamente 2 litros de agua en tés de hierbas, zumos de frutas, café o agua saborizada. También debes consumir alimentos ricos en ácidos grasos naturales que favorecen la retención de agua en la piel como frutos secos, aguacate, vegetales de hoja verde como acelga o espinaca, salmón, caballa, atún, aceite de lino o colza.
· Toma complementos naturales
Acompañar una alimentación sana con complementos alimenticios ricos en omega 3 es un secreto efectivo para ayudar a la piel a retener mayor cantidad de agua. Generalmente se debe consumir entre 2 o 3 cápsulas diarias. Además, viene bien el complemento de aceite de onagra o borraja para cuidar la flexibilidad de la piel.
· Desmaquíllate cada noche
Es muy importante la higiene facial todas las noches para retirar las impurezas de la piel. Elige aceites desmaquillantes o geles y limpiadores humectantes con pH neutro para limpiar suavemente el rostro. Si gustas puedes aplicar una loción hidratante de noche en la cara y por la mañana bastará un rocío de agua termal o micelar para limpiar y refrescar el cutis.
· Evita exfoliar con frecuencia
En caso de que la piel esté muy deshidratada evita realizar exfoliaciones durante 15 días o un mes. Una vez se recupere, podrás exfoliarla con productos suaves y sin frotar, haciendo masajes circulares y delicados podrás retirar todas las impurezas.
· Cuida la piel del cuerpo
Durante el invierno la piel del cuerpo también sufre las agresiones del ambiente y la de tus hábitos diarios. Mantén su hidratación limpiándola con un gel de ducha suave de pH balanceado y luego del baño con la piel húmeda aplica aceite de almendras o coco que favorecen la retención de líquidos en la epidermis. También puedes agregar unas gotas de aceite a tu crema hidratante.
Recomendaciones generales para cuidar la piel seca
Si luego de aproximadamente un mes aplicando los cuidados indicados sigues sintiendo tu piel áspera, tensa y agrietada es recomendable que acudas a cita con un especialista dermatólogo, ya que la deshidratación cutánea puede derivarse de tratamientos médicos agresivos, problemas hormonales, alergias, entre otras patologías.
La piel grasa también puede deshidratarse, por lo que es importante que prestes atención a la apariencia que tiene tanto en el cuerpo como en el rostro. Ten en cuenta que la presencia de sebo no es sinónimo de hidratación.
Recuerda también que con el paso de los años la piel pierde su capacidad para retener agua y pueden aparecer grietas a causa de la renovación celular deficiente. Por esta razón conviene aplicarse lociones hidratantes después de los 45 años para cuidar la piel del cutis.
