Hábitos saludables para combatir los síntomas de la Fibrosis Quística

Escrito por Maria Guerrero

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La fibrosis quística es un padecimiento causado por la acumulación excesiva de mucosidad en los tejidos de los órganos, siendo los más afectados el páncreas y los pulmones. Cuando no es diagnosticada, esta enfermedad llega a presentar complicaciones que pueden afectar la salud y el sistema inmunitario.

Las vías respiratorias son de los primeros órganos en caer afectados por la fibrosis quística, ya que la misma acumulación de moco lograr obstruirlas y a largo plazo se pueden generar daños graves al organismo.

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Una dieta saludable para cuidarse de la fibrosis quística

Las personas que son diagnosticadas con este padecimiento deben tener un gran cuidado en su dieta diaria. La fibrosis quística es un reto para quienes conviven con ella, llegando a ser necesario desarrollar dietas y hábitos saludables para mantenerse activos.

El organismo requiere altas cantidades de calorías para poder mantener estables sus funciones, esto debido a que las enzimas encargadas de los procesos metabólicos no generan la absorción necesaria de los nutrientes.

¿Qué tipo de nutrientes necesito?

Para combatir y expulsar la acumulación de microorganismos dañinos, se deben sumar mayores niveles de calorías saludables y abundantes en nutrientes, minerales y vitaminas. Estos son algunos de los alimentos que aportan la mayor cantidad de nutrientes necesarios para combatir la enfermedad:

  • Frutas y verduras ricas en antioxidantes.
  • Proteínas presentes en la carne de res o pescados azules.
  • Alimentos ricos en zinc y hierro, como carnes de órganos, semillas, brócolis, entre otros.
  • Aumentar niveles de sal en las comidas; la pérdida de sal del organismo puede desencadenar problemas como deshidratación.
  • Productos lácteos ricos en calcio, sobre todo los crudos como la leche cruda o el yogurt.
  • Consumir vitaminas que puedan ser solubles por las grasas, tales como las A, K, E, las cuales favorecen al crecimiento, así como vitamina B para facilitar la absorción de los nutrientes.

¿Cómo se diagnostica la fibrosis quística?

Esta es una enfermedad que surge de una condición genética y se diagnostica mediante análisis realizados durante la infancia. Este procedimiento es conocido como pruebas de detección neonatal, las cuales determinarán si existe alguna irregularidad en el organismo.

Al mismo tiempo, se realizarán al paciente exámenes de sangre para corroborar que en el páncreas todo se encuentre en orden y funcionando con normalidad. En caso de que el médico presuma un posible diagnóstico, este tomará una muestra de sudor para aclarar o despejar dudas.

¿Por qué se toman muestras del sudor?

La fibrosis quística es una alteración en las áreas que controlan el flujo de sal y líquidos en el organismo; el responsable de crear esta proteína se conoce como gen CFRT. Cuando este se ve alterado, produce mucosidad espesa y sudoración excesiva con altas concentraciones de sal.

Los análisis al sudor permiten aseverar el diagnóstico médico; las pruebas con muestra de sudor usualmente se realizan dos veces. En caso de que los niveles de sodio en el sudor se mantengan altos, existe una gran probabilidad de que la persona tenga fibrosis quística.

Complicaciones

Se trata de una enfermedad que varía del grado de daño o defecto que tenga el gen CFRT, aunque estadísticamente solo afecta a un pequeño grupo de personas diagnosticadas. La mayoría de estas mutaciones complican la actividad pulmonar y la respiratoria.

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Al igual que con muchas otras enfermedades, la clave para sobrellevarla está en tener una dieta y hábitos alimenticios saludables que permitan al organismo recibir todos los nutrientes necesarios para su óptimo funcionamiento.

 

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