Protector solar y alimentos grasos: mayor riesgo de cáncer de mama

Escrito por Elena Ramos

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En un nuevo estudio, los científicos han investigado los efectos de una combinación de dieta y exposición a la sustancia química benzofenona-3 (BP-3), presente en los protectores solares, sobre los tumores de las glándulas mamarias.

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Los científicos encontraron una compleja relación entre estos factores. Sin embargo, concluyen que es probable que la exposición a la BP-3 aumente los riesgos asociados a los tumores de las glándulas mamarias. El estudio, publicado en la revista Oncotarget.

Alteraciones endocrinas

El BP-3 es un ingrediente común en los protectores solares, así como en muchos otros productos de consumo. También hay pruebas de que es un disruptor endocrino (ED). El sistema endocrino de una persona segrega hormonas que desempeñan un papel fundamental en la regulación de muchas funciones corporales cruciales. Cada vez hay más pruebas de que la exposición a los disruptores endocrinos aumenta el riesgo de muchos problemas de salud. Entre ellas se encuentran la obesidad, el bajo peso al nacer, la diabetes, la endometriosis, el síndrome de ovario poliquístico y el cáncer de mama.

Una sola aplicación es peligrosa

Ahora hay suficientes pruebas de sus probables efectos nocivos para la salud humana para que la Sociedad Endocrina pida un «principio de precaución». El BP-3, por ejemplo, se detectó en el 96% de la población estadounidense entre 2003 y 2012. Un estudio reciente descubrió que una sola aplicación grande de protector solar podría superar el punto en el que el BP-3 se convierte en una preocupación toxicológica.

Una relación entre la protección solar y los tumores de mama

Los científicos responsables de este estudio ya habían demostrado una relación entre una dieta rica en grasas saturadas de origen animal y un mayor riesgo de tumores de glándula mamaria. En otro estudio, mostraron una relación entre el estrógeno y los tumores de las glándulas mamarias. Como el BP-3 es un probable EDC que también afecta a los niveles de estrógeno, los científicos querían ver cuál podría ser el efecto combinado de la dieta y la exposición al BP-3 en el desarrollo de tumores de glándula mamaria.

La situación es peor con una dieta alta en grasas

En el estudio, los científicos colocaron a los ratones en tres grupos. El primer grupo fue alimentado con una dieta baja en grasas, el segundo con una dieta alta en grasas y el tercero con una dieta alta en grasas durante la pubertad y baja en grasas después.

Cada uno de estos tres grupos se dividió por la mitad, y la mitad de los ratones recibió una cantidad diaria de BP-3, el equivalente a una aplicación abundante de protector solar.

Al final del estudio, se habían desarrollado dos tipos de tumores de cáncer de mama en casi todos los ratones: los tumores epiteliales, que son similares a las células de la glándula mamaria, y los tumores de células fusiformes, que pueden convertirse en cáncer de mama.

Una relación compleja

Los investigadores encontraron una compleja relación entre la dieta, la PA-3 y el desarrollo de tumores. En el caso de los ratones con una dieta baja en grasas, la BP-3 parecía ofrecer cierta protección contra el desarrollo de tumores epiteliales, mientras que aumentaba la agresividad de los tumores de células fusiformes.

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Los ratones alimentados con una dieta alta en grasas durante la pubertad no tuvieron ninguno de los efectos beneficiosos de la BP-3 sobre los tumores epiteliales, que se desarrollaron de forma más agresiva.

También se observaron tumores epiteliales agresivos en los ratones alimentados con una dieta alta en grasas durante todo el estudio.

Principio de precaución

Se necesitan más investigaciones para comprender mejor la relación entre la dieta, la PA-3 y el riesgo de cáncer. Sin embargo, para los científicos, sus hallazgos deberían hacer que la gente se lo piense dos veces antes de exponerse al BP-3 si hay alternativas disponibles.

Es poco probable que la BP-3 tenga el mismo impacto en grupos de mujeres con diferencias dietéticas. En general, estos resultados sugieren que hay suficientes efectos malos de la BP-3 en general como para aplicar el «principio de precaución».

Los investigadores recomiendan que, cuando existan alternativas, no se utilice el BP-3. Como alternativa, las cremas de óxido de zinc y dióxido de titanio podrían ser eficaces.

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