Terapias naturales para afrontar la menopausia con tranquilidad

Escrito por Elena Ramos

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La menopausia suele ser un periodo de cambio delicado para las mujeres; trastornos hormonales, aumento de peso, sofocos, irritabilidad, acentuación o desencadenamiento de la osteoporosis… para muchas mujeres, su llegada es sinónimo de un periodo difícil de superar, mientras que para otras es un simple trámite. Para todas ellas, un acompañamiento natural puede evitar las molestias ligadas a esta evolución de su vida de mujer.

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¿Terapia hormonal sustitutiva o alternativa natural?

En la menopausia, muchas mujeres recurren a la terapia hormonal sustitutiva (THS), aunque autoridades de salud recomiendan que sólo se utilice si los síntomas afectan realmente a la calidad de vida. También establece que las mujeres deben utilizarlo durante el menor tiempo posible y que deben ser informadas de los riesgos que conlleva su consumo. Por ejemplo, el aumento del riesgo de cáncer e infarto. Y una vez iniciado, el tratamiento no debe interrumpirse de la noche a la mañana.

Por otro lado, existen muchas alternativas naturales, ya que muchas plantas tienen una acción sobre el sistema hormonal; por supuesto, deben utilizarse con prudencia, ya que se requiere la mayor precisión. Pero aportan una solución natural y eficaz para regular suavemente el gran trastorno hormonal que representa la menopausia… Todos estos cambios actúan sobre todo el organismo, nada mejor que un acompañamiento global, porque la acción hormonal por sí sola no acabará con todos los males si no pensamos en la necesaria acción de los oligoelementos, las vitaminas y los minerales en este delicado periodo…

¿Qué ocurre en la menopausia?

Desde la pubertad hasta la menopausia, la actividad de los ovarios garantiza una producción (más o menos) regular de estrógenos y progesterona; a partir de la premenopausia, esta última empieza a descender, provocando los primeros inconvenientes: ciclos más irregulares, a veces más dolorosos, aumento de peso, fatiga, irritabilidad, etc. En la menopausia, la caída combinada de estrógenos y progesterona acentúa el fenómeno y aparecen los sofocos. Para algunas mujeres, esto dura unos meses, para otras puede durar varios años…

Las mujeres que son más delgadas suelen ser más propensas a los sofocos porque el cuerpo tiene la posibilidad de producir estrógenos en las células grasas para compensar la menor producción natural. Pero si no hay reserva de grasa, el sistema de respaldo no funciona… por lo que es mejor evitar hacer dietas que impliquen pasar hambre cuando se acerque la menopausia.

Además, si el aumento de peso es un problema que encuentran la mayoría de las mujeres en esta época, se debe principalmente a que la progesterona ayuda a la transformación de las hormonas tiroideas activas; cuando la progesterona disminuye, la actividad tiroidea se ralentiza de forma natural y provoca un ligero aumento de peso, así como cansancio: por lo tanto, a las mujeres les interesa apoyar de forma natural la actividad de su tiroides, con los oligoelementos y nutrientes que necesita, mientras se adapta al cambio de régimen hormonal.

Otra razón por la que las mujeres son propensas a los cambios de humor y a una mayor sensibilidad al estrés en el periodo de la premenopausia es por la caída de la progesterona. La progesterona tiene un efecto sobre el control del estrés y la relajación porque el organismo puede convertirla en cortisol o alopregnanolona, un neuroesteroide que se une a los receptores del neurotransmisor de la relajación GABA. Los estrógenos también tienen un efecto en este ámbito, ya que influyen en la síntesis de serotonina en el cerebro.

Por último, sabemos que el descenso de estrógenos y progesterona puede contribuir a debilitar el sistema óseo: pero esto no es inevitable si el estilo de vida y la dieta se adaptan a esta transición de la vida.

Anticiparse a una menopausia sin problemas

Es mejor anticiparse a la premenopausia y a los primeros sobresaltos que se sienten: la transición será entonces más suave, ya que el cuerpo podrá prepararse progresivamente para este importante acontecimiento… ¡La menopausia es quizás la oportunidad o nunca de cuidarse!

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Si le preocupa la osteoporosis, el primer paso será volver a realizar una actividad física moderada pero regular y asegurarse de llevar una dieta equilibrada. La suplementación natural con vitamina D3, calcio, magnesio y sílice aportará los nutrientes necesarios para el sistema óseo, que no sufrirá demasiado el cambio hormonal.

La tiroides puede ser apoyada aportándole los nutrientes y oligoelementos necesarios para su funcionamiento: yodo, hierro, zinc, magnesio, vitaminas A y B, etc.

El zinc está especialmente indicado en todos los momentos clave del sistema hormonal, incluyendo por supuesto la menopausia. Es mejor tomarlo en su forma natural. Las dosis deben ser discutidas con un profesional.

También puedes empezar a tomar suplementos de aceite de onagra en cuanto aparezcan los primeros signos de la menopausia: no sólo es un excelente regulador hormonal, sino que también preserva la hidratación de la piel y combate la inflamación.

La caída natural de la progesterona durante la premenopausia puede acompañarse del uso de plantas similares a la progesterona, cuyo manejo es menos delicado que el de las que aportan fitoestrógenos.

Plantas de acción hormonal, un uso delicado

Cuidado, las plantas de acción hormonal, y especialmente las descritas como similares a los estrógenos, es decir, aquellas cuya acción simula la de los estrógenos, no deben tomarse a la ligera. Estos últimos no se recomiendan si se tienen antecedentes de cánceres hormono dependientes. Antes de una menopausia bien establecida (es decir, después de 6 meses sin menstruación), es mejor evitar tomarlas como automedicación, ya que no deben tomarse a lo largo del ciclo y, salvo que un análisis demuestre lo contrario, no hay pruebas de que los estrógenos hayan bajado hasta el punto de necesitar estas plantas.

En cambio, después de la menopausia y si los sofocos son importantes, su uso está totalmente indicado, siempre que se acompañe de su complemento, las plantas similares a la progesterona. Su uso es también muy preciso para respetar la alternancia natural de estas dos hormonas en el organismo: la primera parte del ciclo está dominada naturalmente por los estrógenos, la segunda por la progesterona.

Las plantas más comunes similares a los estrógenos son: la salvia, la angélica, el hinojo, el brote de arándano, el ciprés, la cimífuga, el trébol rojo… y la soja en todas sus formas.

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Las plantas similares a la progesterona son la milenrama, la alquimila, el ñame, la gattillier, la zarzaparrilla…

En resumen, antes de la menopausia, es suficiente con utilizar la progesterona como las plantas, y sólo en la segunda parte del ciclo. Después de la menopausia, puedes empezar a usar estrógenos como plantas, a menos que tengas un historial de cáncer dependiente de hormonas. Pero en este ámbito, lo mejor es consultar a un profesional que elabore con usted un programa a medida.

No olvides que la menopausia no es una enfermedad sino una etapa natural en la vida de la mujer, al igual que la pubertad y el embarazo… Cuanto más amplio y natural sea el apoyo, más suave será la etapa.

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