Barbacoa: el humo de la cocina es peligroso

Escrito por Elena Ramos

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Las barbacoas generan sustancias tóxicas y cancerígenas, hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). El modo de contaminación por estas sustancias es bien conocido y descrito, y se produce principalmente a través de la ingestión de carne cocinada. Un nuevo estudio demuestra que los HAP también pasan a través de los poros de la piel y que la ropa también puede servir de vector para entrar en el cuerpo.

Llega el verano, y con él las ganas de hacer una parrillada. Sin embargo, este método de cocción provoca una combustión incompleta de las sustancias orgánicas. Y, por tanto, la producción de moléculas nocivas y cancerígenas para el ser humano. Los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) son un ejemplo. Se trata de compuestos orgánicos que son contaminantes y, en su mayoría, cancerígenos.

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Los HAPs penetran en la piel durante una barbacoa

Durante una barbacoa, la principal vía de entrada de estas sustancias en el organismo es el consumo de los alimentos asados. El humo producido también contiene una gran cantidad de HAP y se inhala a través de los pulmones. Pero un estudio chino muestra la importancia de otra vía de absorción: el equipo del Dr. Zeng ha demostrado el paso de los HAP a través de la piel. Esta exposición a los contaminantes suele subestimarse, pero parece ser incluso más importante que la inhalación a través de la respiración.

Elegir ropa de algodón para las barbacoas

Los investigadores realizaron su estudio en 20 personas divididas en tres grupos. El primer grupo se expuso a los hidrocarburos aromáticos policíclicos producidos por la carne a la parrilla a través de la ingestión de alimentos, la respiración y la piel; el segundo grupo se expuso sólo al humo y el tercero, equipado con mascarillas, sólo a través de la piel. Al evaluar la concentración de compuestos en la orina, antes y después de la exposición, en la ropa y en la atmósfera, descubrieron que una cantidad significativa de los HAP más pequeños podía entrar en el cuerpo a través de la piel.

Este trabajo es una oportunidad para recordar que la ropa sólo ofrece una protección parcial contra los contaminantes. Los investigadores observaron que el algodón retiene en parte los HAP, pero a partir de cierto nivel de saturación, la propia ropa se convierte en una fuente de exposición. El siguiente paso será ampliar la muestra del estudio y llevar a cabo un análisis más profundo para entender cómo las moléculas absorbidas son metabolizadas por el cuerpo.

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