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«La felicidad es el sentido y el propósito de la existencia humana». El antiguo filósofo griego Aristóteles pronunció estas palabras hace más de 2.000 años. Todavía son válidas hoy en día. La felicidad es un término general que describe la experiencia de emociones positivas, como la alegría, el contentamiento y la satisfacción. Investigaciones recientes demuestran que ser más feliz no sólo hace que uno se sienta mejor, sino que aporta una serie de beneficios potenciales para la salud.
He aquí las formas en que ser feliz puede hacerte más saludable.
La felicidad puede reducir la fragilidad
La fragilidad es una condición caracterizada por la falta de fuerza y equilibrio. Un estudio de 1.500 adultos mayores descubrió que las personas más felices tenían un 3% menos de riesgo de fragilidad durante el periodo de estudio de 7 años.
Promover un estilo de vida saludable
Ser feliz promueve una serie de hábitos de vida que son importantes para la salud en general. Las personas felices tienden a llevar una alimentación más sana, con un mayor consumo de frutas, verduras y cereales integrales. Un estudio realizado con más de 7.000 adultos descubrió que las personas con un bienestar positivo eran un 47% más propensas a comer frutas y verduras frescas que sus homólogos menos positivos. Las dietas ricas en frutas y verduras siempre se han asociado a una serie de beneficios para la salud. Entre ellos se encuentra la disminución del riesgo de diabetes, ictus y enfermedades cardíacas. En el mismo estudio de 7.000 adultos, los investigadores descubrieron que las personas con un bienestar positivo tenían un 33% más de probabilidades de ser físicamente activas, con 10 o más horas de actividad física a la semana.
Ayuda a reducir el dolor
La artritis es una enfermedad común que implica la inflamación y degeneración de las articulaciones. Provoca dolor y rigidez en las articulaciones y suele empeorar con la edad. Varios estudios han demostrado que un mayor bienestar positivo puede reducir el dolor y la rigidez asociados a esta enfermedad.
Ser feliz también puede mejorar el funcionamiento físico de las personas con artritis. Un estudio de más de 1.000 personas con artritis dolorosa en la rodilla descubrió que las personas más felices daban 711 pasos más al día, un 8,5% más que sus homólogos menos felices. Los investigadores sugirieron que las personas felices pueden tener puntuaciones de dolor más bajas porque sus emociones positivas ayudan a ampliar su perspectiva, fomentando nuevos pensamientos e ideas.
Creen que esto puede ayudar a las personas a desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces que reduzcan su percepción del dolor.
La felicidad estimula el sistema inmunitario
Un sistema inmunitario sano es importante para la salud en general. Las investigaciones han demostrado que ser más feliz puede ayudar a mantener un sistema inmunológico fuerte.
Esto puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar un resfriado o una infección pulmonar. Un estudio realizado con más de 300 personas sanas examinó el riesgo de contraer un resfriado tras recibir el virus del resfriado común por la nariz. Los menos felices tenían casi tres veces más probabilidades de resfriarse que sus compañeros más felices.
Los efectos de la felicidad en el sistema inmunitario no se conocen del todo.
Esto puede deberse al impacto de la felicidad en la actividad del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA), que regula el sistema inmunitario, las hormonas, la digestión y los niveles de estrés. Además, las personas felices son más propensas a adoptar comportamientos que promueven la salud y que contribuyen a mantener un sistema inmunitario fuerte. Entre ellos se encuentran los hábitos alimentarios saludables y la actividad física regular.
La felicidad puede aumentar su esperanza de vida
Ser feliz puede ayudarte a vivir más tiempo. Un estudio a largo plazo publicado en 2015 examinó el efecto de la felicidad en la tasa de supervivencia de 32.000 personas. El riesgo de muerte durante el periodo de 30 años estudiado era un 14% mayor para los que eran infelices que para los más felices. Una amplia revisión de 70 estudios examinó la asociación entre el bienestar positivo y la longevidad en personas sanas y en aquellas con una condición de salud preexistente, como una enfermedad cardíaca o renal. Se comprobó que un mayor bienestar positivo tenía un efecto positivo en la supervivencia, reduciendo el riesgo de muerte en un 18% en las personas sanas y en un 2% en las que padecían enfermedades preexistentes.
No se entiende bien cómo la felicidad puede conducir a una mayor esperanza de vida. Puede explicarse en parte por un aumento de los comportamientos beneficiosos que prolongan la supervivencia. Entre ellas, no fumar, mantenerse activo físicamente, seguir la medicación y tener buenos hábitos y prácticas de sueño.
La felicidad ayuda a combatir el estrés
Ser feliz puede ayudar a reducir los niveles de estrés. Normalmente, un exceso de estrés provoca un aumento de los niveles de cortisol, una hormona que contribuye a muchos de los efectos nocivos del estrés. Entre ellos se encuentran los trastornos del sueño, el aumento de peso, la diabetes de tipo 2 y la hipertensión arterial. Varios estudios demuestran que los niveles de cortisol tienden a ser más bajos cuando las personas son más felices. De hecho, un estudio realizado con más de 200 adultos sometió a los participantes a una serie de tareas estresantes en el laboratorio y descubrió que los niveles de cortisol de las personas más felices eran un 32% más bajos que los de los participantes infelices.
La felicidad protege tu corazón
La felicidad puede proteger el corazón al reducir la presión arterial, uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardíacas. Un estudio de más de 6.500 personas mayores de 65 años descubrió que el bienestar positivo estaba relacionado con una reducción del 9% del riesgo de padecer hipertensión arterial. La felicidad también puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, la principal causa de muerte en el mundo. Un estudio a largo plazo con 1.500 adultos descubrió que la felicidad ayudaba a proteger contra las enfermedades del corazón.
Al parecer, la felicidad también puede ayudar a proteger a las personas que ya padecen enfermedades cardíacas. Una revisión sistemática de 30 estudios mostró que un mayor bienestar positivo entre los adultos con enfermedades cardíacas comprobadas reducía el riesgo de muerte en un 11%.
Es importante señalar que algunos de estos efectos pueden deberse a un aumento de los comportamientos cardiosaludables, como la actividad física, la prevención del tabaquismo y los hábitos alimentarios saludables.
6 formas de aumentar tu felicidad
Ser feliz no sólo te hace sentir mejor, también es increíblemente beneficioso para tu salud.
He aquí seis maneras científicamente probadas de ser más feliz.
Llevar una dieta más sana
Los estudios demuestran que cuantas más frutas y verduras comas, más feliz serás. Y comer más frutas y verduras también mejorará tu salud a largo plazo.
Expresa tu gratitud
Puedes aumentar tu felicidad concentrándote en las cosas por las que estás agradecido. Una forma de practicar la gratitud es escribir tres cosas por las que estás agradecido al final de cada día.
Meditar
La meditación regular puede aumentar la felicidad y aportar una serie de otros beneficios, como la reducción del estrés y la mejora del sueño.
Ser activo
El ejercicio aeróbico, también conocido como cardio, es el tipo de ejercicio más eficaz para aumentar la felicidad. Caminar o jugar al tenis no sólo será bueno para tu salud física, sino que también te ayudará a mejorar tu estado de ánimo.
Pasar tiempo al aire libre
Pasea por el parque o ensúciate las manos en el jardín. Sólo cinco minutos de ejercicio al aire libre pueden mejorar significativamente tu estado de ánimo.
Descansar bien por la noche
La falta de sueño puede tener un efecto negativo en su felicidad. Si te cuesta conciliar el sueño o mantenerlo, consulta algunos consejos para mejorar tu sueño.
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