Dieta equilibrada: Significado, importancia y formas de conseguirla

Escrito por Elena Ramos

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Esta igualdad de fuerzas entre dos o más cosas opuestas es quizás el objetivo más difícil de alcanzar. Esta noción de equilibrio puede encontrarse en todos los ámbitos, como vida familiar/trabajo, hijos/esposa, gastos/ingresos y la lista es interminable.

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¿Por qué intentar conseguir una dieta equilibrada a toda costa?

Una dieta equilibrada cubre todas las necesidades indicadas para mantener una buena salud, sin excesos ni déficits. Esto significa que cada día caminamos sobre una cuerda y 100 veces corremos el riesgo de perder el equilibrio y caer.

Este equilibrio es fundamental porque permite, por ejemplo, que un niño crezca bien, que un adulto esté en forma y optimice su estado de salud y que una persona mayor mantenga el tono y la vitalidad.

Esto se complica aún más por el hecho de que hay muchos comportamientos, hábitos y filosofías alimentarias diferentes a los que hay que adaptarse. Cada persona tendrá que encontrar otras fórmulas que le permitan luchar por su propio equilibrio, siempre con el objetivo de mantener o mejorar su salud.

Y eso no es todo, ciertas patologías y alergias añaden picante a nuestra difícil búsqueda del equilibrio: intolerancia al gluten, diabetes, insuficiencia renal… Aquí, será vital prohibir ciertos alimentos y encontrar alternativas para evitar carencias.

El aspecto cuantitativo:

Recomendaciones de la ANSES*:

El plato de comida de cada persona constituye el 100% de lo que come cada día y cuantitativamente, debería estar compuesto idealmente por:

  • 10 a 20% de proteínas
  • 35 a 40% de lípidos
  • 45 a 55% de carbohidratos

Esto de repente parece sencillo, pero si lo pensamos más a fondo, ¿en qué alimentos encontramos cada nutriente, en qué proporción están representados y cómo nos manejamos cuando un alimento contiene los 3 nutrientes?

Cada nutriente merece un estudio específico, pero de forma rápida y esquemática podemos decir que:

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Las proteínas se encuentran principalmente en la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos, pero también en muchas plantas como los frutos secos, las semillas y los frutos oleaginosos, las legumbres, las setas, las semillas germinadas, etc.

Los lípidos, comúnmente conocidos como grasas, se encuentran en los aceites, los productos lácteos, pero también en la carne, el pescado, los huevos, las semillas oleaginosas, los frutos secos, etc.

Los carbohidratos se encuentran en el azúcar, los productos dulces, la fruta, los cereales, los productos lácteos…

Para confundir aún más la cuestión, para que sea equilibrada, nuestra dieta debe contener suficientes vitaminas, minerales, oligoelementos y también fibra.

Aspecto cualitativo:

El rompecabezas se hace aún más grande cuando pensamos en el aspecto cualitativo, ¿qué proteína, qué grasa, qué carbohidrato?

¿Vegetal o animal? ¿Agricultura ecológica o sostenible? ¿Conservas o congelados?

¿Cómo se consigue?

A pesar de esta impresión inicial de confusión y complejidad, llevar una dieta equilibrada está al alcance de todos. El sentido común, la razón, la compra inteligente y un poco de cocina casera bastarán para que no te estreses.

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Eliminando la culpa y simplificando la dieta, con unos cuantos consejos y recetas, es fácil encontrar el equilibrio.

Lo ideal es comer de todo en cada comida, verduras crudas, verduras cocidas, carne o pescado, legumbres, productos lácteos, fruta, para variar los alimentos.

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