Diabetes de tipo 2: estas son 8 señales de alarma

Escrito por Elena Ramos

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Un chequeo médico anual, que suele incluir una prueba de glucosa en sangre en ayunas, es un excelente examen preliminar para detectar la diabetes de tipo 2, incluso si cree que sus niveles de glucosa en sangre son saludables. Si su médico descubre que sus niveles son altos, evaluará su nivel de A1C, que es un promedio de sus niveles de glucosa en sangre durante dos o tres meses. Sin embargo, en función de sus antecedentes familiares, su edad y su estado de salud general, su médico puede decidir incluir una prueba A1C en su revisión anual.

Para estar al tanto de su salud metabólica, debe escuchar lo que su cuerpo le dice. Dado que la diabetes de tipo 2 afecta a todas las células del cuerpo, puede provocar una amplia gama de síntomas. No hay dos personas con diabetes de tipo 2 que experimenten la enfermedad exactamente de la misma manera, y el número de síntomas, así como su gravedad, variará de una persona a otra. La mayoría de los síntomas de la diabetes de tipo 2 aparecen y progresan gradualmente.

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  1. La micción frecuente puede estar relacionada con la diabetes

Cuando hay demasiada glucosa en la sangre, como ocurre en la diabetes de tipo 2, los riñones no son capaces de procesarla por completo y tienen que pasar parte de ella de la sangre a la orina. Esto da lugar a una mayor producción de orina y a un aumento de la frecuencia y la urgencia de la micción, lo que se denomina poliuria. Algunas personas pueden notar que tienen que levantarse cada dos horas durante la noche para orinar y producir más orina cuando lo hacen. La presencia de un exceso de glucosa también puede hacer que la orina tenga un olor dulce. Esto es más frecuente en los casos avanzados de diabetes de tipo 2.

  1. Los problemas de salud oral pueden ser un signo de diabetes

La mala salud bucodental es otro síntoma de la diabetes de tipo 2. Los niveles altos de azúcar en sangre pueden aumentar el riesgo de gingivitis, enfermedad periodontal e inflamación de la boca. Las llagas en la boca también pueden tardar en curarse. De hecho, en un estudio publicado en mayo de 2019 en la revista Medicine, los investigadores descubrieron que las personas con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de tener la lengua gruesa o amarilla, así como lenguas de color azul. Los investigadores señalan que la evaluación de la lengua es una práctica tradicional china para diagnosticar la diabetes de tipo 2.

  1. La visión borrosa podría ser el resultado de cambios rápidos en los niveles de azúcar en sangre

La visión borrosa puede producirse cuando los niveles de azúcar en sangre cambian rápidamente de bajo a alto o de alto a bajo y los músculos oculares aún no se han adaptado a ello. El cristalino del ojo es una membrana flexible suspendida por músculos que cambian la forma del cristalino para enfocar el ojo. En un entorno rico en azúcar, como la diabetes tipo 2 no controlada, el cristalino pierde parte de su capacidad de flexión y los músculos del ojo tienen que trabajar más para enfocar. La buena noticia: si se detectan a tiempo, los cambios en la visión relacionados con la diabetes pueden volver a la normalidad tras unas seis semanas de niveles saludables de azúcar en sangre. Si se detecta a tiempo, la visión puede tardar unas seis semanas en volver a la normalidad.

  1. El aumento de la sed o de la sequedad de boca puede ser señal de diabetes

La sed excesiva, o polidipsia, es otro síntoma importante de la diabetes de tipo 2. Al fin y al cabo, el aumento de la micción puede conducir a la deshidratación. En un intento de remediar la situación, el cuerpo utiliza la sed para pedirle que se rehidrate. Es más, un estudio publicado en agosto de 2017 en PLoS One descubrió que las personas con diabetes tipo 2 pueden producir menos saliva, exacerbando la sensación de boca seca o xerostomía.

  1. Las infecciones urinarias frecuentes y las infecciones por hongos pueden ser un signo de diabetes

Las bacterias y las levaduras se multiplican más rápidamente cuando los niveles de azúcar en sangre son elevados. Por lo tanto, el exceso de glucosa en la orina puede causar infecciones del tracto urinario. Además, estos microbios prosperan en entornos cálidos y húmedos, como la zona genital. Esto aumenta la frecuencia y la gravedad de las infecciones por hongos, especialmente en las mujeres.

  1. La diabetes no controlada puede provocar una pérdida de peso inesperada

En la diabetes de tipo 2, las células del organismo no reciben suficiente glucosa para producir energía. Como resultado, el cuerpo puede recurrir a la descomposición de sus reservas de grasa para obtener energía. Según las investigaciones, la pérdida de peso grave y no intencionada es más frecuente cuando la diabetes de tipo 2 no se detecta durante mucho tiempo. El aumento de la micción también puede contribuir a la pérdida de peso. Por ejemplo, si se orina con altos niveles de glucosa debido a una diabetes no controlada, se están tirando literalmente las calorías por el retrete. La deshidratación implica una pérdida importante de peso de agua.

  1. El dolor y el entumecimiento de los pies pueden ser signos de neuropatía diabética

Con el tiempo, la exposición prolongada a niveles elevados de azúcar en sangre puede dañar los nervios de todo el cuerpo, lo que se conoce como neuropatía diabética. Algunas personas pueden no tener síntomas de este daño, mientras que otras pueden notar entumecimiento, hormigueo o dolor en las extremidades. La neuropatía diabética suele comenzar en los pies y progresar hacia arriba. Aunque es más frecuente en personas que han tenido diabetes de tipo 2 durante 25 años o más, también puede darse en personas con prediabetes. Cuando afecta a los nervios fuera del cerebro y la médula espinal, se denomina neuropatía periférica.

El entumecimiento de los pies puede aumentar el riesgo de infección. Si no siente un corte o una raspadura en el pie, es posible que no lo note ni lo trate adecuadamente.

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  1. Tener hambre todo el tiempo también puede ser un síntoma de diabetes

En las personas con diabetes de tipo 2, el organismo no es capaz de utilizar correctamente la insulina para ayudar a que la glucosa entre en las células. Como resultado, las células del cuerpo pueden carecer de la energía que necesitan para funcionar correctamente. En un intento de proporcionar a las células la energía que necesitan, el cuerpo aumenta la sensación de hambre. El hambre excesiva, o polifagia, es un signo común de la diabetes. No es lo mismo que simplemente querer comer. La polifagia se produce cuando se tiene apetito incluso después de comer una cantidad suficiente de alimentos.

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