Las 3 mejores algas para la salud y cómo prepararlas

Escrito por Elena Ramos

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Las algas son realmente el prototipo de alimento saludable ideal.  En el mar, absorben los nutrientes a través de todas sus estructuras anatómicas (como una esponja).

Por ello, contienen casi todos los minerales esenciales: yodo, potasio, hierro y calcio (algunas algas contienen hasta diez veces más calcio que la leche de vaca y cinco veces más hierro que las espinacas). También contienen una gran cantidad de proteínas y todos los aminoácidos esenciales, vitaminas y un alto contenido en fibra, que puede llegar al 50% de su peso seco. También son bajas en grasa, y la mayor parte de esta grasa se compone de ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6, presentes en una proporción ideal de 1:1. Algunas algas rojas tienen incluso la característica de contener ácidos grasos omega-3 de cadena larga, grasas con efectos extremadamente beneficiosos en el desarrollo de varias enfermedades y que normalmente sólo se encuentran en ciertos pescados grasos.

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Las sorprendentes propiedades anticancerígenas de las algas

No sólo tienen buen sabor, sino que también son buenas para la salud. Algunos estudios indican que la adición de extractos de algas a la dieta de animales de laboratorio reduce significativamente el desarrollo de varios cánceres causados por agentes cancerígenos, como el de mama, el de colon y el de piel. Estas propiedades anticancerígenas están relacionadas en gran medida con el alto contenido de fucoxantina y fucoidan, dos compuestos que interfieren en varios procesos esenciales para el crecimiento de las células cancerosas.

El fucoidan

El fucoidan es un polímero de azúcar complejo que se encuentra en grandes cantidades en ciertas algas marinas, en particular el kombu y el wakame. Esta molécula inhibe el crecimiento de una gran variedad de células cancerosas cultivadas en el laboratorio e incluso provoca la muerte de estas células mediante el proceso de apoptosis. Además de esta actividad citotóxica, parece que el fucoidan también puede tener un impacto positivo en la función inmunitaria al reducir la inflamación y aumentar la actividad del sistema inmunitario «bueno», creando así un entorno más hostil para las células cancerosas, lo que restringe su crecimiento.

La fucoxantina

La fucoxantina es un pigmento amarillo de la familia de los carotenoides (caroteno, licopeno, etc.). De todos los carotenoides alimentarios probados hasta ahora, la fucoxantina es la que presenta una mayor actividad anticancerígena, tanto en animales de laboratorio como en células aisladas de tumores humanos, y parece ser especialmente activa contra las células de cáncer de próstata. Este efecto inhibidor es incluso mucho mayor que el del licopeno, un carotenoide que se encuentra principalmente en los tomates, y que desde hace tiempo se ha propuesto que desempeñe un papel preventivo en el desarrollo del cáncer de próstata. Dado que las algas son la única fuente dietética de fucoxantina, no cabe duda de que estas plantas deberían formar parte de cualquier estrategia dietética de prevención del cáncer.

En resumen, las algas no deben considerarse como simples curiosidades culinarias, sino como verdaderos alimentos preventivos del cáncer capaces de contrarrestar la progresión de los microtumores latentes, actuando tanto directamente sobre su crecimiento como reduciendo la inflamación, y haciendo así que las condiciones sean menos propicias para el desarrollo de estos microtumores en cáncer.

¿Qué algas elegir y cómo prepararlas?

Para disfrutar de los beneficios de las algas, utilice algas secas que pueda rehidratar y añadir a las sopas o comidas. Las tres algas más comunes son:

  • arame
  • wakame, delicioso en sopas y ensaladas, especialmente con un aderezo de vinagre de arroz y aceite de sésamo
  • nori, el alga utilizada para hacer sushi.

En las tiendas de productos ecológicos ya existen preparados de ensalada de algas listos para usar, y estos productos son una forma fácil de introducirse en el sabor único de este alimento. Además, el sabor de las algas combina de maravilla con el del pescado, así que ¿por qué no añadir un toque exótico a su plato y convertirlo en una guarnición habitual?

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