Deterioro cognitivo por envejecimiento: evitarlo comiendo hongos

Escrito por Lina Rodríguez Fernandez

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Como todos los órganos del cuerpo humano, la estructura y función del cerebro se deteriora gradualmente con la edad. Este envejecimiento es completamente normal y, en la mayoría de los casos, no tiene mayor impacto en la calidad de vida de una persona. Sin embargo, en algunos casos, la disminución del rendimiento cerebral puede ser más significativa y dar lugar a la aparición de «deterioro cognitivo leve»; es decir, episodios en los que las funciones cognitivas se ven sutilmente alteradas y causan problemas inusuales con la memoria, la atención, el lenguaje o las funciones visuoespaciales (orientación, conducción, etc.).

Con el tiempo, estos déficits pueden evolucionar hacia pérdidas más importantes de la función cognitiva y, con el tiempo, hacia la aparición de la demencia. A medida que la población envejece, es probable que este deterioro de la salud cognitiva tenga graves consecuencias. Según estimaciones recientes de la OMS, se prevé que el número de personas con demencia se triplique en los próximos 30 años; incluyendo consecuencias desastrosas para la calidad de vida de las personas con demencia y sus familias.

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El efecto neuroprotector de los alimentos ricos en polifenoles

El informe de la OMS destaca la importancia de prevenir la aparición de la demencia mediante la adopción de un estilo de vida saludable. Se debe incluir actividad física regular, el control del peso corporal y una buena nutrición (como la dieta mediterránea).

También es interesante observar que varios estudios sugieren que ciertos alimentos ricos en polifenoles antioxidantes y antiinflamatorios parecen tener un efecto positivo en la función cerebral; como el aceite de oliva, chocolate negro, cúrcuma, arándanos. Esto plantea la interesante posibilidad de que la inclusión de estos alimentos en los hábitos alimentarios pueda aumentar el potencial neuroprotector asociado a una dieta saludable.

Una proporción de la demencia es de origen genético y, por lo tanto, inevitable; sin embargo, debe reconocerse que muchas demencias pueden prevenirse mediante cambios en el estilo de vida.

Dos porciones de hongos por semana reducen a la mitad el riesgo de deterioro cognitivo.

Los hongos son otra categoría de alimentos que podría ayudar a prevenir el declive cognitivo. Por ejemplo, en estudios se ha informado de que el consumo regular de hongos se asoció con un mejor rendimiento cognitivo en noruegos de 70 a 74 años de edad; así como con una disminución significativa (20%) del riesgo de demencia en japoneses de 65 años de edad o más.

Este potencial neuro-preventivo de los hongos también se pone de relieve en los resultados de un reciente estudio en Singapur; hecho con 663 personas de 60 años o más. En comparación con las personas que rara vez comían setas (menos de una vez por semana), las que comían setas con regularidad (2 o más porciones por semana) tenían un 56% menos de probabilidades de tener déficits cognitivos leves como la pérdida de memoria.

El efecto neuroprotector de los hongos explicado científicamente

Como los autores señalan, este efecto protector de los hongos es biológicamente explicable. Por un lado, los hongos contienen varias moléculas específicas (herbiconas, erinacinas, escabroninas y dictioforina) que se sabe que promueven la síntesis del factor de crecimiento neuronal (FCN), una molécula implicada en la supervivencia de las neuronas.

Por otra parte, los hongos son una fuente muy importante de L-ergothionein (ET), una molécula que tiene una actividad antioxidante muy fuerte y que puede acumularse en el cerebro y proteger a las neuronas del estrés oxidativo.

De hecho, un estudio ha demostrado que los niveles de ET se reducen significativamente en personas con un deterioro cognitivo leve; lo que sugiere que la deficiencia de ET puede ser un factor de riesgo para la neurodegeneración. Por lo tanto, al aumentar los niveles de ET en el cerebro, el consumo regular de hongos podría prevenir o al menos atenuar los procesos implicados en el deterioro de las funciones cognitivas asociadas al envejecimiento y su evolución hacia enfermedades neurodegenerativas como la demencia.

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Fuentes:

Organisation mondiale de la santé. Adopter un mode de vie sain aide à réduire le risque de démence (www.who.int).

Feng et coll. The association between mushroom consumption and mild cognitive impairment: a community-based cross-sectional study in Singapore. J. Alzheimer’s Disease  197-203.

Cheah I et coll. Ergothioneine levels in an elderly population decrease with age and incidence of cognitive decline; a risk factor for neurodegeneration? Biochem. Biophys. Res. Commun. 478 : 162-167.

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