Un estudio publicado en la prestigiosa revista BMJ muestra que la ingesta de omega 3 en la dieta reduce fuertemente el riesgo de muerte por cáncer de intestino. Por otro lado, una deficiencia de omega 3 aumenta el riesgo de muerte en un 10%. Así que en el menú: sardinas, salmón, caballa dos veces a la semana y unas pocas células omega 3.
Los investigadores han analizado los datos de dos grandes cohortes, el Estudio de la Salud de las Enfermeras sobre 121.700 mujeres de entre 30 y 55 años y el Estudio de Seguimiento de los Profesionales de la Salud sobre 51.529 hombres de entre 40 y 75 años.
Todos los participantes rellenaron un cuestionario detallado sobre su historial médico y su estilo de vida, así como datos sobre el diagnóstico de enfermedades (incluido el cáncer) y la dieta. De los 1.659 participantes que desarrollaron cáncer de intestino, 561 murieron.
El análisis muestra que los participantes con la mayor ingesta dietética de omega-3 o pescado graso tienen un riesgo reducido de cáncer de intestino. También es más probable que sean físicamente activos, que tomen multivitaminas, vitamina D y que consuman fibra. Y es menos probable que fume, pero más probable que consuma cantidades moderadas de alcohol, todos los factores asociados con un riesgo reducido de cáncer de intestino.
Cáncer de intestino: cuanto más omega-3 tomas, más protegido estás contra él.
Entre los participantes a los que se les ha diagnosticado cáncer de intestino, aquellos cuyas dietas contienen niveles más altos de ácidos grasos omega-3 marinos tienen un riesgo reducido de muerte por cáncer relacionado con la dosis.
Los pacientes que consumieron al menos 0,3 g por día (ingesta dietética y suplementos) tienen un riesgo 41% menor de muerte por cáncer.
Un aumento en la ingesta de omega-3 de al menos 0,15 g por día se asocia con una reducción del 75% del riesgo de muerte por cáncer de intestino. La disminución de la ingesta diaria se asocia con un aumento del 10% del riesgo de muerte por la enfermedad.
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