La espasmofilia: un síndrome multifacético con muchas soluciones naturales

Escrito por Elena Ramos

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En contra de lo que se podría pensar, la espasmofilia no es una enfermedad, sino un área que podría afectar a casi el 20% de la población. Por lo tanto, son las terapias naturales, grandes reguladoras del campo con una amplia gama de soluciones, las más indicadas para restablecer el equilibrio. No existe una solución única válida para todos los espasmofílicos, sino múltiples soluciones naturales que pueden adaptarse a cada uno.

Nutrición y vida saludable, las bases sólidas:

Es la nutrición y una vida saludable lo que condiciona la degradación o, por el contrario, el mantenimiento del equilibrio de un terreno espasmofílico. Una dieta desequilibrada puede revelar repentinamente un terreno espasmofílico latente. La dieta debe proporcionar diariamente todos los nutrientes y oligoelementos que el organismo espasmofílico no puede producir, aunque sea un gran consumidor.

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El equilibrio intestinal, que también depende de la dieta, está ampliamente implicado en muchos trastornos, como la mayor sensibilidad al estrés. Un punto personalizado con un terapeuta permite mediante la modificación de la dieta evitar muchos de los factores desencadenantes. También será una oportunidad para restablecer un buen sueño si es necesario, para elegir métodos de gestión del estrés, o para hacer un balance de la exposición a las ondas.

Si bien es fácil pensar en favorecer una alimentación sana, sin aditivos ni pesticidas, limitar el café, el alcohol, el tabaco, las bebidas energéticas, etc., en cambio pocos espasmofílicos saben que un exceso de fruta cruda, yogur, zumo de limón, son responsables de un grave agravamiento de la espasmofilia por desmineralización.

El hígado, el punto débil de los espasmofílicos:

Si la medicina china sabe que el hígado es el órgano que gestiona las emociones, en Occidente subestimamos en gran medida el lugar que ocupa este órgano en la gestión diaria del estrés. Sin embargo, está en el centro de todas las reacciones de adaptación a las agresiones externas: producción de portadores hormonales, almacenamiento de vitaminas y minerales, gestión de la glucosa, destrucción de elementos tóxicos, nutrición celular, protección de la microbiota intestinal, etc. La lista es larga y está permanentemente sobrecargada en los espasmofílicos: sin embargo, pensamos poco en ello cuando hablamos de espasmofilia. Será necesario un drenaje suave mediante plantas como la albura de tilo para preservar este órgano, que siempre es más o menos frágil en los espasmofílicos, aunque esté latente.

El magnesio, sí, pero no solo:

Las carencias de minerales, oligoelementos, vitaminas y omega 3 están siempre implicadas en la degradación de un terreno espasmofílico: son necesarias para toda la actividad enzimática y, en particular, para la fabricación de neurotransmisores. La ingesta de minerales, oligoelementos y vitaminas debe ser lo más completa y natural posible porque muchos de estos elementos son interdependientes. Por otro lado, el magnesio no debe ser suplementado permanentemente, ya que de lo contrario la espasmofilia empeorará con el tiempo… este es el error más común, ya que el cuerpo se acostumbra a eliminar el exceso cada día. Cuando desaparece, las deficiencias se agudizan. Además, si el magnesio se toma solo, es posible que no encuentre los cofactores indispensables para su asimilación.

Durante mucho tiempo, la espasmofilia se ha asociado sistemáticamente a una carencia de magnesio, mientras que se trata más bien de una carencia en la gestión de muchos nutrientes: magnesio, calcio, vitaminas B, D3, zinc, manganeso, omega 3…etc. Siempre que necesitemos complementar con minerales, la ingesta oligoterápica, es decir, en dosis mínimas, es la forma preferida por los espasmofílicos.

Una amplia gama de herramientas para hacer frente a la situación:

Cada terapia natural aborda el problema de la espasmofilia de forma muy específica y, por lo tanto, permite un enfoque totalmente individualizado: lo ideal es, por supuesto, combinar varias para actuar a todos los niveles:

  • La homeopatía es una base sólida para acompañar al espasmofílico, mediante la selección de remedios de campo;
  • La fitoterapia, con su amplia selección de plantas para drenar, favorecer la relajación y el sueño, remineralizar…
  • La gemoterapia, la utilización de brotes de plantas, particularmente adaptada gracias a su acción suave y completa;
  • Elixires florales para gestionar el aspecto emocional;
  • Los aceites esenciales, que actúan tanto a nivel emocional como orgánico…
  • Todas las actividades para gestionar el estrés diario: sofrología, yoga, arteterapia, coherencia cardíaca, actividades deportivas…

En todos los casos, un acompañamiento personalizado marcará la diferencia; lejos de ser una fatalidad, la espasmofilia es más bien una invitación a reconciliarse con las propias necesidades… Esta es también la filosofía de las terapias naturales.

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