La familia Wall decidió ir de vacaciones a principios de agosto, a un lago en el norte de Florida, en Estados Unidos. Pero por desgracia, el niño menor de la familia murió repentinamente, al parecer por una ameba que se comió su cerebro.
Mientras la familia disfrutaba de un día normal, bañándose en el lago, el niño de 13 años, Tanner, comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza que no pasaba. Sus padres lo llevaron al hospital y los médicos notaron que era grave, le diagnosticaron meningitis; pero al aplicar el tratamiento para esto, no surtió ningún efecto. El niño no tenía meningitis, así lo arrojaron nuevos exámenes; A Tanner en realidad lo había atacado una ameba que devora cerebros.
El niño murió a causa de una ameba que devoró su cerebro
Esta ameba es muy peligrosa. Cuando llega a atacar el cerebro es imposible contrarrestarla; esto hizo que el descubrimiento fuera dramático.
Al comunicar la devastadora noticia, el médico que trató el caso dijo a los padres del niño: «Lamentamos tener que informarles que su hijo no tiene meningitis bacteriana; sino que ha sido infectado por una ameba parasitaria y no tiene cura». El 2 de agosto el cerebro dejó de funcionar por completo y dejó de presentar signos vitales, declarándole muerte cerebral; el niño murió por una ameba.
Por supuesto, la muerte de Tanner conmocionó a sus padres y a toda su familia. Su mamá contó con dolor y confusión que más niños nadaron en ese lago: «Nadó en el lago el viernes y el sábado con más de 50 niños, nuestra hija estaba allí, mi marido estaba allí, nadie se lo llevó, él era el único». Es un suceso realmente increíble y devastador.
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