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Si hubiera otra buena razón para prestar atención a lo que comemos, además de la prevención del cáncer, la darían los dermatólogos. Los nutrientes, los antioxidantes, las vitaminas, los minerales y los oligoelementos contenidos en los alimentos sanos repercuten directamente en la calidad de la piel, su flexibilidad, su luminosidad, su juventud y su buena salud. Cuando es bueno para el interior, se nota en el exterior.
El refrán dice que «somos lo que comemos». Para una gran parte de los investigadores y nutricionistas, en términos de salud, esto es cierto. Lo que absorbemos sería más importante para la piel y la prevención de la degeneración de este tejido, en particular en lo que respecta al envejecimiento y al cáncer de piel, que todo lo que podríamos ponerle como cremas diversas para protegerla. Algunos ejemplos para convencerte.
Vitamina A: el nutriente de la piel
Se dice que la vitamina A es la más importante para la salud de las células de la piel y es doblemente importante en los casos de diabetes y trastornos de la tiroides porque el organismo de las personas con estos problemas de salud ya no puede convertir el precursor de la vitamina A, el betacaroteno, en esta vitamina. Esta es la forma más común en que el cuerpo adquiere esta vitamina. El betacaroteno se encuentra en abundancia en ciertas verduras como las zanahorias.
Los yogures bajos en calorías no sólo son ricos en vitamina A, sino también en acidófilos, las bacterias vivas que habitan en nuestro intestino. Por muchas razones fisiológicas, la salud del intestino se nota en la piel.
Té verde: los beneficios son infinitos
El té verde tiene propiedades antiinflamatorias, protege la membrana celular y ayuda a reducir el riesgo de cáncer de piel. En un estudio reciente publicado en la revista Archives of Dermatology, se demostró que el té verde reduce el impacto de las quemaduras solares y, por tanto, el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Los polifenoles del té son generalmente beneficiosos para la salud de la piel.
Grosella negra, fresa, grosella roja y ciruela: los mejores antioxidantes
Lo que tienen en común estas cuatro frutas es su excepcional contenido en antioxidantes. Los antioxidantes protegen a las células de los radicales libres, como los que se forman durante una larga exposición al sol y que dañan las membranas celulares y potencialmente el ADN. Los antioxidantes de la fruta protegen las células y reducen el riesgo de daños, previenen el envejecimiento y el riesgo de degeneración celular, que provoca el cáncer.
Salmón, nueces y linaza: las reservas de ácidos grasos esenciales
Estos alimentos son naturalmente ricos en ácidos grasos omega-3 que contribuyen a la buena salud de la membrana celular. La flexibilidad de la membrana celular es crucial para el correcto paso de los nutrientes al interior de la célula y la expulsión de ciertos residuos celulares. El buen funcionamiento de esta membrana también sirve para retener el agua en el interior de la célula, lo que garantiza una buena hidratación. Por último, el omega 3 atenúa los procesos inflamatorios que no sólo lesionan las arterias y provocan patologías cardíacas, sino que también dañan las células de la piel y de todo el organismo.
Los aceites: únicamente a partir de la primera presión en frío
Los aceites de primera presión en frío, en particular el aceite de oliva, contribuyen a una buena salud cardiovascular pero también a una buena flexibilidad y lubricación de la piel.
Es importante elegir aceites que no hayan sido sometidos a diversas manipulaciones que a menudo implican la adición de disolventes y altas temperaturas. Los aceites de primera presión en frío siguen siendo ricos en nutrientes esenciales útiles para la piel y para el organismo en general.
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