Sonreír a la fuerza no te hace más feliz

Escrito por Maria Guerrero

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Investigadores estadounidenses han concluido que la sonrisa forzada no ayuda a que te sientas más feliz. De hecho, sentir obligación por sonreírle a los demás y mostrar un falso buen humor puede tener repercusiones negativas en tu salud. Y es que en realidad sonreír sin ganas no es sinónimo de felicidad.

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¿Por qué no es bueno sonreír a la fuerza?

Aunque todos saben que la sonrisa es contagiosa y saludable, cuando la expresas de manera forzada los efectos para la salud son contrarios y bastante nocivos. Esta es la conclusión a la que llegaron un grupo de científicos de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos.

Se tomó como ejemplo el caso de trabajadores de un restaurante que se ven obligados a sonreír durante su jornada. La evidencia obtenida es que estas personas no son más felices porque sonrían a la fuerza todo el día. Por el contrario, las encuestas revelaron que estos empleados se sentían cansados de sonreír constantemente y bebían alcohol para aliviar esta frustración.

Sonreír sin ganas resulta agotador

Es cierto que sonreír durante tu jornada de trabajo puede motivarte a cumplir con tus tareas, crear un ambiente agradable y transmitir confianza a tus compañeros o superiores. Sin embargo, si te obligas a mantener una sonrisa en los labios todo el día te sentirás tenso, agotado y tu ánimo tendrá el efecto contrario.

De hecho, algunos psicólogos piden a pacientes con trastornos psicológicos que no sonrían a la fuerza porque podrían empeorar su condición médica.

El vínculo entre la sonrisa y la felicidad

Claramente, la sonrisa está estrechamente relacionada con la felicidad. Por eso, cuando te sientes emocionado, alegre y contento muestras de forma inconsciente una sonrisa en tus labios que se vuelve muy contagiosa. Del mismo modo, la sonrisa forzada ejerce un efecto negativo en tu felicidad. Esto fue demostrado por otro estudio realizado a conductores de autobús, personas que deben sonreír siempre para mostrar respeto y cortesía a los usuarios.

Los investigadores observaron a los conductores cuando se sentían de buen humor y mostraban sonrisas sinceras, así como cuando se veían obligados a sonreír para parecer amables. El resultado del estudio fue que la sonrisa forzada tuvo un efecto altamente negativo en su jornada de trabajo. La productividad disminuyó drásticamente, hubo desconcentración y agotamiento durante todo el día.

¿El análisis final? Es altamente nocivo sonreír a la fuerza. Cuando lo haces tu estado de ánimo empeora y aumentan las probabilidades de desarrollar depresión, ansiedad y estrés crónico. Además, los investigadores confirmaron que las mujeres son más propensas a sufrir el impacto negativo de la sonrisa obligada, ya que ellas tienden a exteriorizar sus emociones con facilidad, lo que hace aún más complicado esforzarse para sonreír.

Sonríe con ganas para cuidar tu salud física y emocional

Cuando trasmites una sonrisa real, verdadera y espontánea no solo contagias de buen humor a quienes te rodean, sino que también estás preservando tu buena salud. Este es un indicador inconsciente de felicidad que previene las enfermedades cardiovasculares.

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Esta hipótesis también fue demostrada con un grupo de estudiantes que tenían estrés elevado. Ellos debían sumergir sus manos en agua helada y algunos sonrieron obligados, otros con sinceridad y el resto no tuvo ninguna expresión. El resultado fue que quienes sonrieron con espontaneidad redujeron su estrés considerablemente en comparación con los demás.

Varios científicos y psicólogos indican que sonreír naturalmente ayuda a aliviar el dolor. Al sonreír las venas y contracciones musculares del rostro impiden que la sangre suba al cerebro, por lo que se estimulan pensamientos positivos en lugar de negativos. Como consecuencia los pensamientos positivos hacen que olvides el dolor y sientas bienestar. Por otro lado, la sonrisa favorece la producción de endorfinas, que es la hormona de la felicidad.

La conclusión más acertada es que existe un verdadero vínculo entre la sonrisa y la felicidad. Pero debes intentar no sonreír a la fuerza, ya que esto será contraproducente para tu buena salud.

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