Bienestar

Comunicar y convivir con Parkinson

Sabemos lo difícil que es superar cualquier enfermedad sin ayuda de familiares y amigos, pero en el caso del Parkinson antes de poder comunicarlo al entorno personal hay que asimilar primero el duro diagnóstico.

Cada paciente es diferente. Por esta razón, las pautas que se deben cumplir para convivir con la enfermedad tienen que ser personalizadas.

Si se trata de ti o de algún ser querido a quien se le detectó Parkinson, hay una serie de consideraciones generales que debes tener en cuenta.

Asiste a grupos de ayuda

Mantener un estilo de vida similar al que se llevaba antes de conocer el diagnóstico es imprescindible. También, asistir a reuniones o grupos de apoyo para conocer las experiencias de otras personas y así darte una idea de lo que puede suceder y cómo superar los obstáculos.

Debes tratar de adaptarte al día a día con el Parkinson y aceptar que la enfermedad solo significa el inicio de una nueva etapa en tu vida.

Parkinson y entorno familiar

Todo depende de cómo se encare la situación. Si asumes el reto de enfrentar la enfermedad y aprender a vivir con ella, es más fácil comunicarle claramente al resto de la familia los pasos para que puedan ayudarte.

Si bien es un diagnóstico que puede ser devastador, requieres de gente que esté dispuesta a darte una mano,  personas con una visión objetiva de la situación y capaces de ayudarte a mejorar emocionalmente.

Redecora para evitar accidentes  

Adaptar los espacios en el hogar es una tarea más que necesaria. Una de las limitaciones del Parkinson es la movilidad, por lo que es necesario redecorar la casa para minimizar las caídas.

Hay que evitar los pisos pulidos, alfombras sueltas, cables atravesados y obstáculos como macetas, mesas o sillas. Necesitas un sillón del que te puedas levantar con facilidad, ajustar la altura de la cama y tener utensilios de cocina irrompibles.

Mantener la integración laboral

Si se decide seguir trabajando, una persona con Parkinson debe superar la sensación de incapacidad. Por lo general, el paciente tiende a ensimismarse por temor al qué dirán sus compañeros.

Antes de contarle al jefe, debes evaluar si realmente vale la pena trabajar unos años más. Toma en cuenta que la vida laboral restante puede ser entre 5 a 10 años. Si te empeñas en seguir, el ambiente laboral debe adaptarse a tu nueva condición.

Los pacientes con Parkinson solo necesitan un poco de paciencia. Tu reacción motora y cognitiva será más lenta, pero el resto de las capacidades se mantienen.

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