NUCLEAR MÉDICO, UN EXCESO DE ESCÁNERES PROVOCA EL CÁNCER

Escrito por Elena Ramos

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La radiactividad es un fenómeno natural al que todos estamos expuestos por fuentes naturales o artificiales. En Francia, el nuclear médico representa el mayor aumento de la exposición de la población a la radiactividad. Los umbrales límites no están muy lejos. Además, la hipersensibilidad a la radiación en el 10 % de la población plantea un verdadero riesgo para la salud. En cuanto a la radiactividad, cuanto menos mejor.

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Toda la población francesa está expuesta a radiación ionizante. Hay dos fuentes de esta exposición, una es natural y la otra se origina a partir de las actividades humanas. De acuerdo con el Instituto de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (IRSN), la exposición de la población francesa se estima a un promedio de 3,7 mSv por persona y por año, pero esta exposición presenta una gran variabilidad individual, sobre todo según la ubicación de la vivienda y el número de exámenes radiológicos recibido. La dosis media de radiación natural y artificial puede variar por lo tanto en un factor de 2 a 5.

La exposición de la población a la radiación ionizante de fuentes naturales siempre ha resultado de la presencia de radionucleidos de origen terrestre en el medio ambiente, de la emanación de radón desde el subsuelo y de la exposición a la radiación cósmica. La exposición a la radiación natural representa un promedio del 65% de la exposición total anual. Para el 35% restante, proviene de actividades humanas relacionadas con el nuclear industrial, militar y sobre todo médico.

Para tener una imagen más clara de la situación, encontrará a continuación la distribución de las fuentes de radiactividad natural y artificial en Francia/año (estimación IRSN):

– por aproximadamente 1 mSv/año: la radiactividad natural (excluyendo el radón), debida por 0,5 mSv/año a la radiación de origina terrestre, por 0,3 mSv/año a la radiación cósmica y por 0,2 mSv/año a la alimentación y aguas potables.

–por aproximadamente 1,4 mSv / año, el radón con una gran variación relacionada con las características geológicas de los terrenos y los propios edificios. En las zonas muy expuestas a este gas radiactivo, es obligatorio tomar algunas medidas periódicas en las instituciones de educación, de salud y sociales, en lugares de trabajo y, a partir del 2014, en los edificios residenciales.

– por aproximadamente 1,3 mSv/año, los tratamientos médicos con una clara tendencia al aumento. De 0,8 mSv por año en 2002, hemos pasado a 1,3 mSv por año en 2007. Este incremento preocupante se debe al crecimiento de las dosis administradas durante los exámenes radiológicos con fines de diagnóstico.

– por 0,03 mSv/año, otras fuentes de exposición artificial: los antiguos ensayos aéreos nucleares militares, los accidentes en las instalaciones, las emisiones de las instalaciones nucleares, Chernobyl.

Los efectos de las radiaciones para la salud

Los efectos de la radiación ionizante en el cuerpo varían dependiendo de la dosis y de varios factores: la fuente (intensidad, naturaleza, energía…), el modo de exposición (tiempo, velocidad…) y el objetivo (tejidos u órganos afectados, edad de la persona…).

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Hay dos tipos de efectos biológicos. Los efectos inmediatos, que se deben a la alta irradiación por radiación ionizante que causa efectos inmediatos sobre los organismos vivos, como por ejemplo, quemaduras más o menos graves, eritema, radiodermatitis, radionecrosis y cataratas. Dependiendo de la dosis y del órgano afectado, el tiempo hasta la aparición de los síntomas varía desde unas pocas horas hasta varios meses.

El segundo tipo de efecto es a largo plazo y se debe a la exposición a dosis más o menos altas de radiación ionizante, que puede tener efectos a largo plazo como el cáncer y la leucemia. La probabilidad de ocurrencia del efecto aumenta con la dosis. El tiempo hasta la aparición después de la exposición es de varios años.

El problema es que una enfermedad inducida por la radiación no tiene firma específica, no hay ningún marcador biológico para poder diferenciar, por ejemplo, un cáncer de pulmón debido al tabaco, de un cáncer de pulmón vinculado a la radiactividad.

En general, cuando los tejidos no están demasiado afectados, estos efectos son reversibles y se pueden curar las zonas afectadas. Pero en el caso de una radiación muy fuerte, demasiadas células son destruidas, lo que resulta en la destrucción del tejido u órganos irradiados. En este caso, se puede requerir la amputación de un miembro o, en caso de lesión de los sistemas vitales, puede conducir a la muerte.

Un caso particular, el Radón

La Comisión Internacional de Protección Radiológica de la OMS, el UNSCEAR, ha publicado en su último informe (2013) la evaluación del riesgo de cáncer de pulmón debido al radón, un gas radiactivo natural, (descendiente del uranio y torio). Este gas, que puede acumularse en los edificios, es objeto de una modelización específica, basada en la observación de los datos epidemiológicos entre los mineros. Se llegó a la conclusión de que el riesgo relativo asociado con la exposición al radón para al público es del mismo orden que el tabaquismo pasivo, es decir una estimación de entre 5.000 y 6.000 muertes al año. El radón es presente de forma diversa en el territorio, ya que existen zonas en las que, debido a la estructura geológica, la concentración en los edificios, sótanos, y en las casas es más importante. Este es el caso de Bretaña, debido al granito, de Alta Saboya, en la región central, y de Córcega. La única protección contra la exposición a este gas es la ventilación diaria de las casas y, para las concentraciones más altas, la instalación de una ventilación.

Muchos escáneres aumentan el riesgo de cáncer
La exposición médica a las radiaciones ionizantes (en particular las que resultan de los exámenes de radiografía, tomografía y radiología intervencionista) representan la mayor parte de la exposición artificial en los países desarrollados. Están en constante aumento en la mayoría de los países. Las radiografías contribuyen más a recibir dosis de radiación que los actos de radiología convencional. Los actos de radiografía que administran las dosis más elevadas son los escáneres abdominales-pélvicos y torácicos. Por ejemplo, con 50 años, el promedio de las dosis individuales debidas a los exámenes de radiología convencional y radiografía son respectivamente iguales a 0,5 y 1 mSv por año en mujeres y 0,3 y 1 mSv por año en hombres.

Es crucial para la salud reducir las dosis relacionadas con la imagen médica sobre todo cuando se pueden utilizar técnicas alternativas, ya que la multiplicación de los exámenes más irradiantes, para una misma persona, podría llevar a un valor de dosis efectiva de 100 mSv, por encima del cual los estudios epidemiológicos han demostrado que la probabilidad de desarrollar cáncer inducido por radiación se convierte en certeza.

Hipersensibilidad a las radiaciones: el 10% de la población en peligro

Los efectos de la radiación ionizante en la salud humana varían de un individuo a otro. Por ejemplo, la misma dosis no tiene el mismo efecto si se recibe por un niño en pleno crecimiento o un adulto. En este contexto, los especialistas en seguridad contra las radiaciones se preocupan cada vez más por la realidad de la hipersensibilidad individual a la radiación ionizante, actualizada recientemente. Algunos pacientes padecen una hipersensibilidad extrema que puede dar lugar a «quemaduras por radiación» después de una sencilla radiografía. En estos pacientes, incluso a dosis bajas, existe una radiosensibilidad celular que podría afectar aproximadamente del 5 al 10% de la población. Resulta fácil imaginar el peligro que representan los escáneres para este tipo de personas, o el uso sistemático de la mamografía para la detección del cáncer de mama. Unas pruebas de detección de la híper radiosensibilidad deberían ver la luz…en unos pocos años.

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Mientras tanto, las únicas medidas preventivas posibles residen en una discusión con su médico cuando le prescribe una radiografía médica o un escáner, para asegurarse de que no hay otros tipos de pruebas disponibles que evitan tomar dosis de radiactividad. Y mantener un cuaderno de «dosis recibidas» después de cada examen o tratamiento, con el fin de tener una idea de las dosis recibidas cada año.

Algunos datos significativos acerca de la exposición a la radioactividad (fuente IRSN)

Radiografía dental: 0,004 mSV

Radiografía pulmonar: 0,02mSV

Vuelo Paris-New York ida-vuelta: 0,06 mSv

Mamografía: 0,1mSV

Límite anual de dosis admisible de exposición de origen artificial, excluyendo el origen médico, para la población: 1mSv

Promedio de la dosis anual de exposición a las radiaciones ionizantes de origen natural: 2 ,4 mSv

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Promedio de la dosis por un escáner abdominal-pélvico: 10 mSV

Dosis máximas admisibles para los trabajadores expuestos debido a su actividad profesional: 20 mSv

Dosis más baja conocida por haber provocado un cáncer: 100mSv

Recuadro: Pequeño léxico esencial

 

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