Contaminación bacteriana: cómo enjuagar las verduras para evitarla

Escrito por Lina Rodríguez Fernandez

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La contaminación bacteriana de los alimentos, como con la bacteria E. coli, es bastante común. El riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos no es tan mínimo. Las verduras de hoja verde representan aproximadamente una quinta parte de todas las enfermedades transmitidas por alimentos. Como estas verduras rara vez se cocinan, es más probable que retengan bacterias. Para proteger a su familia de la intoxicación alimentaria, siga estos pasos para limpiar y almacenar sus frutas y verduras.

  • Enjuague las frutas y verduras frescas

Ponga sus productos, incluyendo los que tienen piel y corteza sin comer, bajo el agua caliente del grifo para eliminar la suciedad y evitar la contaminación bacteriana. Si estás limpiando la lechuga, quita las pocas hojas exteriores y enjuágalas bien para eliminar cualquier suciedad escondida. Sin embargo, no es necesario volver a lavar las frutas y verduras envasadas listas para comer, ya que esto puede aumentar el riesgo de contaminación cruzada.

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  • No utilice productos químicos

No utilice jabón, lejía o detergente para lavar frutas y verduras, ya que no están destinados al consumo y pueden ser perjudiciales para su salud. El agua tibia hará el truco.

  • Lávate las manos

Frótese bien las manos antes de manipular la comida y después de un descanso, ya sea que esté usando su teléfono móvil o el baño. Los teléfonos móviles son extremadamente «sucios» desde el punto de vista bacteriano. Por lo tanto, es una buena idea lavarse las manos después de enviar el mensaje «prepárese para la cena a las 7 p.m.».

  • Evitar la contaminación cruzada

Si estás haciendo una ensalada César de pollo, usa una tabla de cortar diferente a la usada para cortar la ensalada para cortar el pollo crudo. Use un colador cuando enjuague sus productos para que no entren en contacto con las bacterias del fregadero y no enjuague la carne del fregadero, el jugo de la carne cruda puede salpicar la superficie de trabajo, facilitando que las bacterias entren en contacto con toda la comida de alrededor.

  • Mantén la carne fría

La lechuga debe mantenerse a una temperatura de 6° o menos, especialmente una vez cortada, para evitar el desarrollo de patógenos bacterianos, por lo que hay que volver a poner las verduras restantes en el refrigerador tan pronto como se haya terminado.

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