Con el nombre científico de crataegus monogyna, el espino es actualmente la fuente de muchos medicamentos. Dependiente de la familia de las rosáceas (rosaceae), es originaria de los países de Europa (septentrional y central), Asia occidental y América del Norte. Sus frutos, semillas y hojas son particularmente ricos en vitexina, ácido clorogénico, hiperosido y ramnosido. También contiene flavonoides, omegas (3 y 5), vitaminas (C, E), ácido cafeico y ácidos triterpénicos. Médicamente hablando, el espino proporciona verdaderas virtudes, seguramente gracias a su fuerte capacidad en el tratamiento del corazón.
¿Por qué se usa el espino?
Las virtudes medicinales y todos los usos beneficiosos de esta planta se remontan a miles de años. De hecho, este árbol espinoso se utiliza antiguamente para regular los genes cardíacos, la angina de pecho, las palpitaciones, los espasmos vasculares y los problemas de la menopausia. También es un excelente antiestrés con un efecto calmante y tranquilizador. De hecho, trata los trastornos nerviosos (insomnio, falta de sueño, ansiedad, irritabilidad y ansiedad).
Cardioprotector y rico en polifenoles, este árbol terapéutico protege esencialmente el sistema cardíaco:
- Elimina los oxidantes ultra-reactivos que no son buenos para las células del corazón.
- Optimiza el uso de oxígeno por los músculos cardíacos.
- Evita las reacciones inflamatorias del corazón.
- Regula el ritmo cardíaco.
- Estabiliza la presión sanguínea.
El espino tiene un estilo y dos estilos: variaciones de uso
Gracias a estas dos especies, en la fitoterapia se aprecian varias formas y múltiples instrucciones de uso:
- Infusión o decocción (2 a 3 tazas/día)
- Los extractos, tinturas y cápsulas (según las indicaciones de un profesional experimentado).
- Las cápsulas.
Son las sumidades floridas y las flores blancas las que son especialmente útiles para la elaboración de todos estos preparados. La dosis diaria depende de los resultados deseados y del extracto utilizado: 100 a 900 mg.
¿Múltiples usos del espino?
Este arbusto promueve el flujo sanguíneo y trata los trastornos vasculares. En las gárgaras, hace desaparecer los dolores de garganta, la laringitis y la angina. También contiene aminas fragantes, flavanoles (catequina) y oligómeros.
En el campo de la gastronomía, el espino es un eficaz embalsamador en sus recetas, ya que sus flores son muy aromáticas. Se puede utilizar para macerar carne, aves y pescado. Da buen sabor a las salsas y embellece las ensaladas. También puedes hacer jarabes con sus frutas.
Renuencia a tener en cuenta
No hay ningún peligro medicinal con el espino, salvo un ligero riesgo de alergias. Sin embargo, siempre parece necesaria una prescripción terapéutica de un profesional entendido. Su uso no se recomienda en absoluto para los niños (especialmente los menores de 12 años). Las mujeres embarazadas y las personas que se someten a otros tratamientos deben tener datos clínicos antes de su uso.
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