¿Cómo prevenir los incómodos síntomas de la alergia al polen?

Escrito por Maria Guerrero

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Si eres de las personas que cada primavera y verano desarrolla asma o rinitis alérgica, perteneces al 20% de la población mundial que tiene alergia al polen. Esta condición bastante molesta se debe a la respuesta de tu organismo al periodo de floración de las plantas.

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Estas temporadas del año se caracterizan por la presencia de granos de polen que flotan en el aire y que pueden pasarse con mucha facilidad a tus vías respiratorias desatando una hipersensibilidad. Es aquí donde tu cuerpo trata de eliminar estos cuerpos extraños produciendo una serie de síntomas y reacciones, algunas más graves que otras.

Síntomas de la alergia al polen

Esta clase de alergia tiene una sintomatología muy característica. Entre ellas, se encuentran los estornudos repetidos, nariz tupida, dificultad para respirar, moco nasal,  rinitis, picazón en la nariz, ojos, paladar y orejas. También, irritación ocular, lagrimeo constante, conjuntivitis alérgica y tos persistente y que irrita la garganta.

Como la producción de moco puede ser muy abundante, estas secreciones pueden terminar acumulándose en los senos paranasales. ¿El resultado? Dolores de cabeza y en la zona mandibular.

Al empeorar todos los síntomas, pueden terminar convirtiéndose en asma alérgica, generar convulsiones o causar otras enfermedades.

Formas de protegerte

Entre los principales grupos de plantas que pueden causar alergia al polen se encuentran las hierbas de artemisa, plátano, ambrosía, timothy y ryegrass inglés. La lista incluye además los árboles de roble, avellano, abedul y aliso. Trata de alejarte de estas especies.

¿Existen formas de reducir los ataques de alergias al polen? Por supuesto que sí. Fíate de las siguientes estrategias y ponlas en práctica para mejorar tu calidad de vida si eres una persona alérgica al polen o conoces a alguien que sufra esta condición.

Estrategias en casa y al aire libre

Debes evitar estar en contacto directo con los alérgenos del polen. Para ello, debes tratar de no salir en los días muy calurosos. Así no respirarás tanto aire contaminado con polen. Cuando hay más calor, el polen se separa en partículas más pequeñas que son muy fáciles de inhalar. Otras recomendaciones son:

  • Ventila menos la casa durante la temporada de mayor generación de polen
  • Limpia con regularidad las alfombras y muebles. Usa aspiradoras con filtro especial
  • Evita secar tu ropa en el patio o balcón si hay polen en el aire
  • Coloca filtros de protección contra el polen en las ventanas
  • Lava tu cabello antes de acostarte a dormir
  • No te desvistas en tu dormitorio
  • Haz deportes de interior o ejercítate al aire libre en tiempos de lluvia o invierno

Tratamientos recomendables

El uso de filtros contra el polen y medicamentos pueden ayudar. Un alergólogo debe indicar el tratamiento más efectivo, entre ellos, antihistamínicos y aplicaciones locales como gotas para la nariz o los ojos.

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La menta en infusiones o gotas nasales y tomar miel pura se cuentan entre las mejores terapias naturales para contrarrestar las reacciones al polen.

Entre las terapias farmacológicas, la desensibilización es una de las salidas médicas. Se trata de suministrar pequeñas cantidades de alérgeno al paciente durante unos tres años hasta que el cuerpo se acepte el polen. Esto se administra en tabletas, gotas o inyecciones.

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