Hambre y obesidad: Dos fenómenos con los que muchos países lidian a la vez

La Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU señaló recientemente que hay casi 900 millones de personas en el mundo que se encuentran pasando hambre o no se alimentan correctamente, mientras que alrededor de 672 millones están en situación de obesidad.
Aumento progresivo
Las cifras, tanto de hambre como de obesidad, que aquejan a muchos países en el mundo no son nada alentadoras. Según fuentes especializadas, desde el año 2014 la subalimentación ha ido en aumento, pasando de 804 millones de personas, a casi 900 contabilizadas hasta el 2017, siendo el tercer año consecutivo en el que este fenómeno va en crecimiento.
¿Falta de recursos o el clima?
Informes presentados por la ONU han arrojado que la variabilidad del clima tiene mucho que ver con esta problemática. Aquellos países donde los sistemas agrícolas son muy sensibles a los cambios extremos del clima o las precipitaciones, la temperatura y la sequía, han registrado un aumento significativo de personas que no se alimentan de manera adecuada y que sufre, incluso de una severa desnutrición.
Aunado a ello, esta misma organización ha señalado en frecuentes oportunidades que no solos se trata de la escasez de alimentos, sino que las personas no cuentan con los suficientes recursos para adquirirlos, sobre todo productos de primera necesidad y básicos para alimentarse correctamente.
Obesidad: La otra cara de la mala alimentación
Aunque parezca contradictorio, la obesidad también forma parte importante y preocupante del problema de la mala alimentación en el mundo. América del Norte tiene las alertas encendidas ante esa problemática, pero África y Asia no se quedan atrás.
En total son más de 672 millones de personas en todo el globo que sufren de obesidad, debido al alto costo de los alimentos más nutritivos, el estrés, y factores psicológicos o de otras patologías que se asocian a una alimentación poco saludable.
Metas de mejora hacia el 2030
En un mensaje emitido por el coordinador de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Mesoamérica, las alianzas entre las instituciones y los agricultores deben enfatizarse aún más. El interés está centralizado en políticas de atención a las comunidades más necesitadas y vulnerables como las de los indígenas, mujeres rurales, agricultores familiares, entre otras, y tomar medidas de manera integral para erradicar la pobreza y la subalimentación de manera rotunda al año 2030.