6 factores no reconocidos en un ataque de asma

Escrito por Elena Ramos

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Es posible que existan factores que no haya tenido en cuenta en los síntomas y el tratamiento del asma. Cuando se tiene asma, es importante conocer los factores desencadenantes, es decir, los factores ambientales y de comportamiento que pueden exacerbar los síntomas y provocar un ataque.

Algunos desencadenantes potenciales, como el ejercicio y las alergias al polen de los árboles, son factores de riesgo bien establecidos para el asma. Probablemente los conozcas, aunque no siempre puedas tomar medidas para evitarlos, pero hay otros posibles desencadenantes del asma que son menos obvios y puede que los hayas pasado por alto o los hayas malinterpretado.

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Más allá de los desencadenantes, también puede haber problemas con su diagnóstico o tratamiento que le impidan tratar eficazmente sus síntomas. Pero es importante llegar al fondo de las causas de sus síntomas para poder controlarlos y respirar mejor.

He aquí seis razones sorprendentes por las que su asma podría no estar bien controlada.

  1. Los medicamentos que está tomando.

El ejemplo más común de medicación que interfiere en el control del asma son los betabloqueantes. Se prescriben para tratar ciertas afecciones cardiovasculares. También puede haber interacciones de menor nivel entre los medicamentos para el asma y los medicamentos para otras enfermedades. Por eso es importante que todos los médicos que te atiendan conozcan tu asma y los medicamentos que tomas para controlar los síntomas.

  1. Puede tener otro problema de salud que agrave su asma.

Algunos problemas de salud pueden estar contribuyendo a sus síntomas de asma. Las alergias ambientales son el ejemplo más evidente. Pero otra afección, que a veces se pasa por alto, que puede empeorar el asma es la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Otra condición que puede empeorar el asma es la apnea obstructiva del sueño. Cuando las vías respiratorias superiores se bloquean mientras duermes. Muchas personas tienen esta enfermedad y no lo saben, por lo tanto, no se trata.

La obesidad también puede agravar el asma. Porque tienes todo este tejido que pesa sobre tus pulmones. Por lo tanto, se hace difícil respirar mientras se hace ejercicio. Otras dos afecciones relacionadas que pueden tanto empeorar el asma como imitar sus síntomas son la traqueomalacia y la broncomalacia. Las personas con estas condiciones tienen las vías respiratorias flácidas.

  1. Cambios hormonales

Los cambios hormonales en diferentes etapas de la vida: la pubertad, el embarazo y la menopausia pueden agravar el asma en las mujeres. Pero esto no se aplica a todas las mujeres, e incluso algunas de ellas mejoran su asma durante el embarazo. Los médicos no comprenden del todo el papel que desempeñan las hormonas en el asma. Pero si estás pasando por un periodo de cambios hormonales, vale la pena considerar los posibles efectos que esto puede tener en el control de tu asma.

  1. Las emociones fuertes pueden desencadenar ataques de asma

En las personas con trastornos de ansiedad, un ataque de pánico puede desencadenar una crisis de asma debido a la hiperventilación que suele producirse. Pero incluso las emociones fuertes que no pertenecen a ningún trastorno en particular también pueden contribuir a los síntomas del asma. Por ejemplo, estar molesto o estresado, o incluso reírse a carcajadas o llorar. No siempre es posible evitar estas emociones y reacciones, por supuesto. Pero puede ayudar tomar medidas para reducir el estrés mediante un sueño adecuado, cambios en el estilo de vida, técnicas de relajación y ejercicio.

  1. Cambios de clima

El cambio de aire más cálido a más frío o de aire seco a húmedo puede desencadenar el asma. Esto puede ocurrir cuando se sale de un entorno controlado, o simplemente cuando el clima cambia por sí solo cada temporada. Aunque no puedes controlar el tiempo, puedes intentar limitar tu tiempo en el exterior. Por ejemplo, si el calor y la humedad son factores desencadenantes para ti, trata de permanecer en el interior en un ambiente fresco siempre que sea posible. Y cuando haga frío en el exterior, cúbrete la nariz y la boca con una bufanda cuando salgas para ayudar a calentar el aire que respiras en tus pulmones.

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  1. Conceptos erróneos sobre su mascota

Tanto para los gatos como para los perros, hay razas que se venden como «hipoalergénicas». Pero si le preguntas a un alergólogo, te dirá que eso no existe. Es cierto que algunas razas de perros no mudan. Y que algunas razas de gatos producen menos pelo y caspa. Pero aún así se pueden desarrollar síntomas de alergia y asma por la exposición a estos animales. Esto se debe a que los alérgenos siempre están presentes en la saliva y la piel de los gatos y los perros.

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